Tal día como hoy del año 1147, hace 871 años, en el marco de la llamada cruzada de al-Mariyya, las tropas de Ramón Berenguer IV, conde independiente de Barcelona, tomaban al asalto y se entregaban al saqueo de la ciudad islámica de Almería. Aquellas tropas formaban parte de un contingente militar integrado por los ejércitos de Castilla, de las repúblicas de Génova y de Pisa y el de Aragón, que el rey Ramiro puso bajo el mando de su futuro yerno Ramón Berenguer IV. Se estima que el contingente militar de los ejércitos cristianos estaría formado por unos 10.000 efectivos.

La alianza militar cristiana obedecía a varios intereses. Mientras que los castellanos aspiraban a conquistar y conservar el dominio efectivo de la plaza; los catalanes, los genoveses y los pisanos la habían concebido como una operación de castigo contra la piratería musulmana en el Mediterráneo occidental. Al-Mariyya ―la actual Almería―, con una población estimada de 10.000 habitantes, era el principal puerto de los dominios islámicos peninsulares, y era la principal base de la piratería musulmana en el Mediterráneo occidental que atacaba permanentemente a las naves de las potencias comerciales de la región.

El asalto y el saqueo de Almería no fue la primera operación de castigo contra la piratería musulmana. En tiempo de Ramón Berenguer III (1114) ―el padre de Ramón Berenguer IV― se había articulado una gran alianza formada por Barcelona, Montpeller, Provenza, Génova, Lucca y Pisa; que destruyó las principales bases de la piratería musulmana, entonces situadas en Mallorca y Eivissa. Después de la operación de Almería, la piratería musulmana entraría en crisis y, simultáneamente, el comercio marítimo catalán, provenzal y de las repúblicas de la península italiana se elevaría definitivamente.