Tal día como hoy del año 2013, hace cuatro años, se producía el desalojo por la fuerza de los trabajadores y de las trabajadoras del ente público Ràdio Televisió Valenciana y la clausura de sus emisiones, que afectarían tanto al canal audiovisual Nou Televisió como las emisoras de radio Nou Ràdio y Sí Ràdio. A las 12.19 horas un técnico escoltado por la policía, conocido entre los trabajadores y trabajadoras del ente como Paco Telefunken, ejecutaba la orden del juzgado número 1 de Paterna (País Valencià) y, entre gritos de "eso es un golpe de estado", cortaba las emisiones de RTVV. Sin embargo la emisora Sí Ràdio consiguió retransmitir hasta las 16.39 horas.

El cierre de RTVV venía precedido de una campaña de desprestigio orquestada por el gobierno valenciano del Partido Popular. En un contexto de crisis económica y con el pretexto que RTVV era un agujero negro, el Partido Popular promovió una intensa campaña para justificar el cierre del ente. La declaración de nulidad del ERE, dictada días antes por el TSJCV, que afectaba 1.311 trabajadores y trabajadoras, precipitaría los acontecimientos. En una publicación extraordinaria del Diario Oficial de la Generalitat Valenciana la madrugada del 29 de noviembre, el gobierno valenciano del Partido Popular decretaba la "disolución, liquidación y extinción" de la empresa Radiotelevisió Valenciana.

El cierre de RTVV tuvo un gran impacto sobre la sociedad valenciana. No tan sólo se destruyeron miles de puestos de trabajo en un contexto de crisis sino que también se silenció un medio de difusión, líder de audiencias, que había sido creado para dar voz a la sociedad valenciana: normalizar el uso social de la lengua valenciana y recuperar y promover la cultura valenciana. La protesta social contra el Partido Popular, señalado como el causante de la quiebra económica de RTVV, se intensificaría. Y el Partido Popular contestaría intensificando la campaña judicial contra los repetidores de TV3 en el País Valencià, hecho que revelaba el auténtico propósito del cierre.