Tal día como hoy del año 1688, hace 330 años, en el contexto de la revuelta de los Barretines (1687-1689) estallaba en Manresa una revuelta urbana que se denominaría el "avalot de les Faves" y que, durante cuatro días, enfrentaría a los dos principales estamentos sociales de la ciudad: el campesinado, los jornaleros y los maestros de oficios, por un lado, y la élite económica de la ciudad y los canónigos de la basílica de Santa Maria de la Seu, por el otro. Aquel conflicto, que tuvo un carácter social desde el primero al último momento, pondría de relieve las fuertes tensiones en Manresa en un escenario de crisis provocada por el estamento militar hispánico: levas forzosas y alojamientos forzosos en las casas de las clases humildes.

Manresa, con casi 6.000 habitantes, ya era una de las grandes ciudades del Principat. Había recuperado los máximos demográficos anteriores a la Guerra de los Segadors (1640-1652), pero su paisaje social y económico distaba mucho de lo que había sido durante los años de plenitud de principios de la centuria de 1600. Según el historiador Llorenç Ferrer i Alòs, el año 1688 los canónigos ganaron un pleito definitivo que confirmaba un privilegio que se remontaba, como mínimo al año 1597, y que obligaba a los campesinos a pagar el diezmo (una décima parte) de la cosecha de hortalizas en concepto de contribución del estamento agrario al mantenimiento de la curia de la sede manresana.

Estalla en Manresa la asonada de las habas. Mapa de Catalunya. Finales del siglo XVII. Fuente Archivo de El Nacional

Mapa de Catalunya, finales del siglo XVII

Aquella sentencia provocó un motín que se tradujo en el saqueo de algunas casas de las élites de la ciudad. Después de cuatro días de guerra urbana —del 13 al 17 de junio— entre los "favets" (partidarios de los canónigos) y los "tremendos" (partidarios de los campesinos), y durante los cuales se produjeron varios asesinatos, las tropas del virrey hispánico Enríquez de Cabrera, conde de Melgar, entraron en la ciudad y ejecutaron sin juicio a un número indeterminado de personas. Entre los ejecutados estaba el cabecilla de la revuelta Francesc Planes, Braç de Ferro, y la Fadulla, de quien se desconoce su nombre, pero que se la considera a la primera activista social de la historia manresana.