Tal día como hoy del año 1464, hace 558 años, se libraba la Batalla de Calaf (también conocida como la Batalla de Prats de Rei); que, en el contexto de la Guerra Civil catalana, enfrentó al ejército de Pedro de Portugal (nombrado conde de Barcelona por las instituciones del Principado); con el del conde-rey Juan II. Es importante destacar que, en aquel momento, las instituciones catalanas estaban controladas por una facción importante de las oligarquías nobiliarias del país, totalmente opuestas a las políticas preabsolutistas de los Trastámara, que pretendían erosionar el régimen pactista catalán.

Juan II había dado apoyo a las reivindicaciones campesinas, no por simpatía con su causa sino con el fin de erosionar el poder de la nobleza

En aquel conflicto se superpuso la Revolución Remensa, una revuelta generalizada protagonizada por los campesinos de la Catalunya vieja que, desde la mal llamada Revolución Feudal —que impulsó el régimen pactista catalán medieval; vivían oprimidos (en un régimen que rayaba la esclavitud) por las oligarquías nobiliarias y por las jerarquías eclesiásticas. Juan II había dado apoyo a las reivindicaciones campesinas, no por simpatía con su causa sino con el fin de erosionar el poder de la nobleza. Y esta había sido una de las causas que había encendido el conflicto civil catalán.


La Batalla de Calaf se resolvió a favor de Juan II. Pero el conde-rey, necesitado de apoyos internos en Catalunya, perdonó la vida y la incautación de bienes a los capitanes del ejército de la Generalitat que había hecho prisioneros; y los ganó para su causa. Esta maniobra cambiaría el signo de la guerra. Las instituciones aragonesas, valencianas y sicilianas —que hasta Calaf se habían mantenido expectantes—, se pronunciaron decididamente a favor de la causa de Juan II. Y el partido de Pedro de Portugal sufrió un goteo de deserciones que precipitaría su derrota definitiva.