Tal día como hoy del año 1409, hace 611 años, el conde-rey Martín I (el último soberano de la dinastía Berenguer) nombraba al catalán Hug Bonapart como nuevo regente de la corona catalanoaragonesa en Córcega. Bonapart sería el último regente nombrado desde Barcelona. Durante su regencia se intensificaría el conflicto que enfrentaba las oligarquías procatalanas y progenovesas de la isla, hasta desembocar en una guerra civil (1414-1434)

Con la entronización de los Trastámara (1412) el dominio catalán y el cargo de Bonapart pasaron a ser más nominales que efectivos. En 1414, en plena ofensiva progenovesa, el anterior regente catalán Vicentello d'Istria relevó a Bonapart, pero no obtuvo la confirmación de Fernando I (el primer soberano de la dinastía Trastámara en la corona catalanoaragonesa), que se desentendió totalmente de la crisis de Córcega.

Algunos historiadores esgrimen que la razón por la cual Fernando I se desentendió de Córcega sería que, durante el Compromiso de Caspe (1412) que lo condujo al trono de Barcelona, el partido procatalán se habría manifestado partidario de Jaime de Urgell, el gran rival del Trastámara. Y se añadía el hecho de que los Della Roca (líderes del partido procatalán) eran una rama menor de la extinta estirpe real de los Berenguer-Aragón.

La investigación moderna prueba que a la conclusión del conflicto (que se saldó con la derrota del partido procatalán, 1434), los Istria y los Della Roca (del estamento nobiliario) se exiliaron en Barcelona, y los Bonapart (del estamento mercantil) lo hicieron en la República de Florencia (rival de la República de Génova) y volvieron a la isla pasadas una o dos generaciones.

Esta sería la razón por la cual, a partir del siglo XVI, aparecen documentados con el patrónimo Buonaparte que evoluciona hacia Bonaparte. Tres siglos más tarde (1768), nacería en Ajaccio (la capital de la isla) un descendiente de Hug Bonapart, llamado Nabulione. Y el año siguiente (1769), una revolución nacional corsa expulsaría a los genoveses y entregaría el dominio de la isla a la monarquía francesa.

Nabulione Buonaparte se convertiría en emperador de los franceses con el nombre de Napoleón I (1804-1814 y 1815). No se tiene constancia que conociera el origen de su estirpe; pero, reveladoramente, durante su primer mandato incorporó Catalunya al Primer Imperio Francés, y convirtió Barcelona en la gran capital del Midi, el "París del Mediterráneo".