Tal día como hoy del año 1934, hace 87 años, en Barcelona, el president Companys y los consellers Mestres, Lluhí, Comorera, Esteve, Gassol, Barrera i Casanova eran detenidos por un pelotón del ejército español y conducidos a la prisión Modelo. Dos días después, serían recluidos en el barco-prisión Uruguay, atracado en el llamado Muelle de la Aviación del puerto de Barcelona, hasta el 7 de enero de 1935, cuando fueron conducidos con un convoy blindado del ejército español a la Prisión Celular de Madrid, pendientes de juicio. Durante aquella primera reclusión, el conseller Martí fue intervenido quirúrgicamente de urgencia, quedó convaleciente en el hospital, y no fue trasladado a Madrid. Y el conseller Casanova se quedó en el barco-prisión Uruguay pendiente de que la autoridad judicial decidiera qué jurisdicción le aplicaba.

Aquella detención y encarcelamiento se produjo en el marco de los Hechos del Seis de Octubre, del día anterior. El Govern de la Generalitat había proclamado la República catalana dentro de la República federal española. Aquella proclama, que no tenía una naturaleza secesionista, fue interpretada por el gobierno de Madrid como una amenaza a los fundamentos del Estado, porque alteraba significativamente la arquitectura política de la República, que en aquel momento únicamente contemplaba la existencia de un único territorio autónomo: Catalunya. El propósito del Govern de Catalunya era sumar complicidades a la reivindicación de profundización del autogobierno, en un contexto político dominado por el involucionismo y el antiautonomismo del gobierno central, formado por el tripartito de derechas PRR de Lerroux, CEDA de Gil-Robles y el Partido Agrario de Martínez de Velasco.

Aquella detención y encarcelamiento culminaba una jornada de enfrentamientos armados entre las fuerzas leales al Govern de Catalunya (Mossos d'Esquadra, Guardias de Asalto y milicianos armados de los sindicatos catalanistas y obreristas) y las fuerzas del gobierno de la República española (el ejército y la Guardia Civil), que se saldaría ―solo en Barcelona― con 74 muertes y 252 heridos. A última hora del día anterior, el ejército español había situado una batería de artillería en la plaza de Sant Jaume y había bombardeado insistentemente el Palau de la Generalitat y el Ayuntamiento (donde había refugiadas parejas que se habían casado aquella tarde y sus invitados). A las seis y media de la mañana del día 7, después de doce horas de resistencia, el president Companys ordenó la rendición. Sin embargo, los militares españoles asaltaron el Palau de la Generalitat en bayoneta calada.