Tal día como hoy del año 1810, hace 210 años, las tropas napoleónicas comandadas por el general Louis Gabriel Suchet —después de un sitio de treinta días— asaltaban la muralla de Lleida y entraban en la ciudad. Durante las horas inmediatamente posteriores se produjo una batalla urbana en la calle Major, que enfrentó, por una parte, el ejército español y, por la otra, el ejército francés y unos 2.000 vecinos de la ciudad que, desde el primer momento, se habían manifestado partidarios de abrir las puertas de la muralla y ahorrarle a la ciudad aquel sacrificio inútil. Según algunas fuentes, fueron estos vecinos los que forzaron la retirada del ejército español (formado por 7.000 efectivos) en el castillo de la Suda, en la parte más alta de la ciudad.

Suchet, que conocía la experiencia de Saint-Cyr en Girona (8.000 bajas) en la empresa de conquista de la ciudad, quería lanzar un mensaje de advertencia a las autoridades civiles de Catalunya que no plantaran cara a los militares españoles. Y ordenó el bombardeo indiscriminado de las posiciones españolas en los baluartes de muralla que habían quedado rodeados; y el saqueo de todas las casas, obradores y hostales situados en el barrio de la Magdalena (donde se había producido la brecha que había facilitado el acceso de las tropas napoleónicas al interior de la ciudad). Los vecinos de aquel barrio, aterrorizados por la brutalidad de la soldadesca francesa, abandonaron sus casas y negocios y, siguiendo al ejército español, se refugiaron en el castillo.

Al día siguiente, el 14 de mayo, el jefe militar español de la plaza, el comandante Jaime García Conde se rindió. Los vecinos que habían sido contrarios a la resistencia (principalmente las clases mercantiles y menestrales de la ciudad, denominados "josefins"), se reunieron con él y lo convencieron de que mantenerse en el castillo sólo podía conducir a la destrucción de la ciudad y a la muerte de miles de vecinos. García Conde fue conducido a Francia como prisionero de guerra y estuvo ahí hasta 1814. Según la Real Academia Española de la Historia, en 1814 el general español O'Donell lo sometió a un consejo de guerra, y lo acusó de priorizar la vida de los civiles al honor de los militares. Este consejo de guerra se instruiría durante años, y se dictaría sentencia absolutoria cuando ya estaba muerto (1820).