Tal día como hoy del año 1492, hace 530 años, las tropas catalanas del rey Fernando II entraban en Granada, y culminaban la empresa conquistadora iniciada diez años antes (1482). La historiografía nacionalista española ha puesto el acento en el protagonismo de Castilla, presentada como el único motor de la empresa granadina. Pero, en cambio, la investigación moderna revela que la conquista del reino nazarí de Granada fue una operación conjunta de las armas castellano-leonesas y catalano-aragonesas, en un contexto geopolítico marcado por la apertura de las rutas atlánticas. La conquista de Granada respondía a la ambición expansiva de las coronas catalano-aragonesa y castellano-leonesa hacia el continente africano.

Andrés Bernáldez, el cronista de Isabel la Católica, relata que el "cerco y toma de Granada" —es decir, la operación que culminaría la empresa granadina— fue obra, exclusivamente, de las oligarquías castellanas: el Maestre de la orden de Santiago; los duques de Cádiz y de Escalona; y los condes de Tendilla, de Cifuentes, de Aguilar y de Ureña. Pero, en cambio, cuatro siglos después (1892), el historiador Joaquin Duran Lerchundi —premio de investigación Cuarto Centenario de la Conquista— afirma que en el archivo histórico de la ciudad, sospechosamente, no se conserva ningún dato al respecto. Y fruto de su investigación, afirma que "Fernando (el monarca catalano-aragonés) tomó el mando del ejército en abril de 1491 [...] hasta la rendición definitiva" (la de Granada).

El Dietario de la Generalitat contiene anotaciones coetáneas que consignan, por ejemplo, el bloqueo naval del Mar de Alborán, a cargo de las Galeras de Catalunya; y la conquista catalana de Àlora (1484), de Vélez-Málaga (1486), de Vera (1487), de Cuevas (1487) o de Baza (1489). Y varias fuentes confirman la presencia de 2.000 caballeros y niños catalanes en el asedio y conquista de la capital nazarí (1491-1492), que representarían el 40% de los 5.000 efectivos de Fernando el Católico en aquel operativo. Incluso en Bernáldez, se le escapa que "los otros caballeros de Andalucia e los grandes de Castilla, como estaban tan cansados de venir de tan lejos a las otras guerras e cercos, no vinieron a este en persona, salvo enviaron sus capitanes con gente".