Tal día como hoy del año 1763, hace 258 años, nacía en Cervera (la Segarra) Benet Maria de Moxó i de Francolí, que cuarenta y dos años más tarde (1805) sería nombrado arzobispo de la archidiócesis de La Plata, con sede en la ciudad de Sucre, que abarcaba el territorio colonial hispánico situado entre Potosí (en la actual Bolivia) y Buenos Aires (en la actual Argentina). Benet de Moxó, que anteriormente había sido arzobispo de Morelia (en el actual México), sería el primer máximo representante eclesiástico de la recién creada República de las Províncias Unidas de Río de la Plata, nombre primigenio de la actual Argentina, que había proclamado su independencia el 25 de mayo de 1810.

No obstante, durante aquellos años de revolución, Benet de Moxó vivió un accidentado periplo que lo llevó por varias ciudades de su archidiócesis, formada por las diócesis de Asunción, Tucumán, Buenos Aires y Santa Cruz de la Sierra. Con el pretexto de salvaguardar su seguridad e integridad personales, el ejército colonial español lo confinó en Charcas (en la actual Bolivia). Fue durante aquella etapa de confinamiento forzoso que Moxó, posiblemente en contra de su voluntad, escribiría varias cartas pastorales —que se publicaron en Lima y en Buenos Aires— que condenaban la revolución independentista.

El año 1815 las tropas independentistas rioplatenses liberaron Charcas (que, desde el destierro del arzobispo, los españoles habían llamado "Gobernación de Moxó") y Moxó fue acusado de contrarrevolucionario. Fue desterrado en la ciudad de Salta (en la actual Argentina) con algunos oligarcas coloniales del territorio que se habían posicionado a favor de la monarquía española. Murió al cabo de un año. Pero poco después (1823), un pariente suyo llamado Josep Cerveró Moxó, también nacido en Cervera, emigraría a Valparaíso (en el actual Chile) y después del gran incendio que devastó aquella ciudad (1851), sería el creador del primer parque de bomberos de la historia de Sudamérica.