Tal día como hoy del año 1896, hace 122 años, un pelotón que, según las autoridades policiales de la época, procedía de los núcleos anarquistas de Sants y de Gràcia, lanzaba una bomba al paso de la procesión del Corpus por la calle de los Canvis Nous, en el barrio barcelonés del Born, que se saldaría con el balance de doce víctimas mortales y setenta heridos de diversa consideración. Aunque aquel atentado no fue nunca reivindicado, el gobernador civil de Barcelona —el ultracatólico Eduardo de Hinojosa Naveros— señaló a los núcleos anarquistas, y ordenó una caza indiscriminada de personas sospechosas de formar parte de los movimientos libertarios.

En los días inmediatamente posteriores fueron detenidas, encarceladas y torturadas ochenta y siete personas. Finalmente la Guardia Civil obtendría la confesión del italiano Tomàs Ascheri Fossati, un tenebroso personaje que la prensa de la época había acusado de ser un topo del gobernador infiltrado en los movimientos libertarios, y que en el transcurso de los durísimos interrogatorios, sorprendentemente, se declararía autor del atentado. Aquella confesión y las acusaciones que lo relacionaban con el aparato gubernativo, desataría la sospecha de que el atentado había sido un ataque de falsa bandera. Esta versión sería avalada por la dirigente anarquista Federica Montseny, y sobradamente difundida por la prensa de la época.

No obstante, la investigación historiográfica señala como autor material del atentado al francés François Girault, que frecuentaba los núcleos anarquistas de Barcelona. También según esta investigación, Girault habría huido a París poco después de la comisión del atentado, y en la capital francesa lo habría confesado a dos anarquistas de Barcelona, que le aconsejarían que se entregara con el fin de evitar la incriminación de los detenidos. Girault, sin embargo, huiría a Buenos Aires y nunca más se volvería a tener noticias. En cambio, los detenidos Tomàs Ascheri, Antoni Nogués, Josep Molas, Jaume Vilella, Lluís Mas, Sebastià Sunyer y Joan Alsina serían condenados a muerte y fusilados.