Tal día como hoy del año 1982, hace 36 años, el Consell General de les Valls d'Andorra —el equivalente al Parlamento— creaba la figura del jefe de gobierno —jefe del ejecutivo. La creación de esta nueva figura política obedecía a la voluntad de separar, de una forma definitiva, los poderes legislativo y ejecutivo. El jefe de gobierno, elegido y nombrado por el Consell General, se convertía en el equivalente a presidente, con capacidad para nombrar un gobierno, y asumía el poder ejecutivo. Mientras que el síndico general, que desde 1419 había sido el presidente del Consell General, y en consecuencia concentraba todo el poder, quedaba limitado a las funciones de jefe del poder legislativo.

Eso sería así hasta que el año 1993 se culminaba el proceso de reformas iniciado en 1976. La creación de la figura del jefe de gobierno había sido uno de los pasos más importantes para convertir el Principado de Andorra en un estado social y democrático de derecho. Con la promulgación y aprobación de la primera Constitución andorrana (1993) la figura histórica del síndico general desaparecía y sus funciones eran asumidas por el Tribunal Constitucional de Andorra y por el Consell Superior de la Justícia de Andorra. Por otra parte, quedaba plenamente separadas y desarrolladas la función parlamentaria del Consell General y la función ejecutiva del gobierno con respecto a los organismos del poder judicial.

Andorra elige al primer Jefe de Gobierno de su historia. Sede del gobierno. Fuente Wikipedia France

Sede del gobierno andorrano / Fuente: Wikipedia

El primer jefe de gobierno de Andorra sería Òscar Ribas i Reig, líder del Partit Nacional Liberal, abogado y empresario nacido en Sant Julià de Lòria en 1936; que, más adelante tendría un papel clave en la aprobación de la Constitución andorrana de 1993. Òscar Ribas también pasará a la historia como el primer jefe de estado que pronunció un discurso en catalán en la Organización de Naciones Unidas. En el transcurso de su carrera política y empresarial ha recibido el premio Ramon Aramon i Serra a la lealtad lingüística (1994), concedido por la Associació Llengua Nacional, y ha sido galardonado con el premio Àgora (2007) por la defensa de la lengua y de la cultura catalanas durante sus mandatos.