Tal día como hoy del año 1914, hace 109 años, en Buenos Aires, moría Julio Argentino Roca y Paz que había sido presidente de la República Argentina en dos ocasiones (1880 – 1886 y 1898 – 1904) y ministro de Interior del gobierno central argentino (1890-1891). Julio Argentino Roca, general del ejército argentino, fue, también, el impulsor de la llamada Campaña Roca, que consistía en incorporar, definitivamente, los territorios de la Pampa y de la Patagonia a la República Argentina. Aquella operación duplicaría la superficie del país y estimularía una colosal corriente migratoria hacia las nuevas tierras. La conquista del sur argentino sería un fenómeno comparable a la del oeste norteamericano. También con el trágico destino que sufrieron las poblaciones autóctonas.

Julio Argentino Roca había nacido en Tucumán (Argentina) el 17 de julio de 1843, casi tres décadas después de la guerra de la independencia argentina (1810-1814). Era el hijo primogénito de José Segundo Roca y Tejerina (Tucumán, 1800) y era nieto de Pere Roca Vidaller, nacido en 1770 en Tarragona y que había emigrado a la colonia de Río de la Plata (la futura Argentina) hacia 1780 (cuando era un niño) con sus padres Pere Roca y Maria Vidiella, nacidos, ambos también, en Tarragona. El abuelo Pere Roca había sido un exitoso comerciante que, enseguida, se situó en la cima de la pirámide social de su comunidad: fue concejal del Cabildo de Tucumán (el gobierno municipal y provincial) durante la etapa colonial.

Pero cuando estalla la Revolución de Mayo (1810) que conduciría Río de la Plata a su independencia, su padre José Segundo Roca se convertiría en un destacado líder militar del ejército libertador. El oficio paterno sería seguido por Julio que, después de su paso por la academia militar, tendría su bautizo de fuego en las guerras civiles que enfrentaban la ciudad libre de Buenos Aires contra la Confederación Argentina (1859-1861). Posteriormente, desarrollaría su carrera en la llamada Conquista del Desierto, y adquiriría un gran protagonismo junto con otro descendiente de catalanes: el político Adolfo Alsina. Lo relevó en la empresa conquistadora y culminó el proyecto con la incorporación de los territorios entre la Zanja de Alsina y la Tierra de Fuego.