Tal día como hoy del año 1895, hace 124 años, se inauguraba oficialmente la Biblioteca Pública Arús, situada en el paseo de Sant Joan, 26 de Barcelona. La Arús sería la primera biblioteca de naturaleza pública y de titularidad municipal que se abriría en Catalunya. Su construcción, su dotación y su destino se proyectaron con el objetivo de facilitar el acceso e impulsar la divulgación de la cultura entre las clases trabajadoras de la capital catalana. Desde el primer momento dispuso de 24.000 volúmenes que comprendían todas las áreas del conocimiento de aquel momento: filosofía, religión, ciencias sociales, derecho, idiomas, biología, botánica, medicina, arte, música, literatura, geografía e historia.

La creación de aquella biblioteca respondía a la voluntad testamentaria del periodista, dramaturgo y filántropo masón Rossend Arús i Arderiu (Barcelona, 1844 – 1891), de ideología republicana y federalista, que había sido secretario del Primer Congrés Catalanista (1880), punto de partida del catalanismo político. Rossend Arús había nombrado albaceas testamentarios y herederos de confianza al abogado, periodista y político Valentí Almirall (1841-1904) -considerado uno de los padres del catalanismo de izquierdas- y al también abogado masón Antoni Farnés, con el encargo de disponer de sus bienes para materializar el proyecto. El primer bibliotecario de la Arús fue el dibujante, impresor y tipógrafo Eudald Canivell i Masbernat (Barcelona, 1858 – 1928).

La prensa de la época (La Vanguardia, edición del 25/03/1985) destaca que aquel acto fue la culminación de un proyecto que había implicado a ciento cincuenta asociaciones políticas y culturales catalanistas, varias facultades de la Universitat de Barcelona y a los representantes municipales de varios pueblos y ciudades de Catalunya. En la ceremonia de inauguración, el concejal de Barcelona Josep Griera i Dulcet (del Partido Liberal Fusionista), como estaba establecido en las voluntades testamentarias de Rossend Arús, tomó posesión de la Biblioteca en nombre del Ayuntamiento y el albacea testamentario Valentí Almirall pronunció un discurso para agradecer los más de 15.000 mensajes de adhesión que habían sido enviados por particulares y por el tejido asociativo de Catalunya.

Imagen: Una de las salas de lectura / Wikipedia