Tal día como hoy del año 1923, hace 96 años, en el contexto de las semanas inmediatamente posteriores al golpe de estado del general Primo de Rivera (15/09/1923), el Directorio militar que gobernaba España emitía una nota que decía “ha dado instrucciones a las autoridades de Cataluña para que prosigan y castiguen todas las manifestaciones más o menos disimuladas de antiespañolismo cualquiera que sea la organización, institución o potestad que las ampare, para lo cual se siente fortalecido con la opinión unánime de todos ios españoles”.

Aquella misma nota, publicada en la prensa de la época (La Vanguardia, edición del 29/12/2019) justificaba aquella sórdida amenaza diciendo que “El Directorio se encuentra pues ante un problema grave que ha de abordar buscando sus raíces para descuajarla”, y se refería al idependentismo como “la más descarada propaganda contra la unidad de la patria, favorecida por un régimen de debilidad o por la equivocación sufrida de buena fe de ciertas concesiones descentralizadoras  y ciertas tolerancias de los signos y muestras regionales”.

Finalmente, se despachaba diciendo que “Lo que hay es que librarla (referit a Catalunya) del mal que la amenaza (referit a l’indpendentisme) y a que la conducen los que descarada e hipócritamente preparan su desmembración con daño de ella y de España (...) Así, pues, en ningún orden de la vida del Estado se permitirá que ningún funcionario, ni aún a título de autonomista, (...)  proceda con tibieza en cuanto al reconocimiento de su soberanía y de la unidad de la patria se refieren, y las entidades que favorezcan tendencias contrarias, serán disueltas y castigadas fulminantemente.