Tal día como hoy del año 1934, hace 84 años, en el marco de los Hechos del Seis de Octubre y la proclamación del Estat Català dentro de la República Federal española, después de unas horas de intensos combates en el centro de Barcelona, el ejército español —comandado por el capitán general de Catalunya, Domènec Batet— ocupaba y emplazaba piezas de artillería en la plaza de Sant Jaume y en la plaza Nova y bombardeaba el Ayuntamiento de Barcelona y el Palau de la Generalitat. Según la prensa de la época, a las 22.45 horas del día anterior "las fuerzas del ejército, que venían por la calle Jaime I, llegaron hasta la plaza (de Sant Jaume) y, sin cesar el tiroteo, tomaron posiciones, emplazando varios cañones en puntos que consideraron de mayor estrategia".

Hasta las tres de la madrugada del día 7, el cruce de fuego se limitó a tiros de fusil y ráfagas intermitentes de ametralladora. Hacia las cuatro, después de una hora de alto el fuego, el comandante de artillería José Fernandez Unzué —que sería fusilado en 1936 por su implicación en la rebelión militar del 18 de julio—, ordenó fuego a discreción contra las fachadas y los tejados del Ayuntamiento y de la Generalitat. La misma prensa relata que "los momentos fueron de un dramatismo agudo. Dos granadas fueron a caer por una de las claraboyas de la escalera principal, sin que, por verdadero milagro hiciera explosión. De no ser así, la metralla hubiera derribado el tabique inmediato al salón de sesiones en el que se hallaba gran número de concejales".

El ejercido español bombardea el Ayuntamiento de Barcelona y el Palau de la Generalitat. Militares españoles en la Plaza Sant Jaume. Fuente Josep Maria Sagarra

Militares españoles en la plaza de Sant Jaume / Josep Maria Sagarra

La intensidad del ataque se explica por el propósito evidente de causar el derrumbe de los dos edificios con todas las personas que había en su interior. La misma prensa relata que "los proyectiles de los cañones, al rebotar contra la fachada principal, retumbaban en todo el edificio, y, por otra parte, granadas y proyectiles penetraban por todos los orificios de la casa". Tanto el Ayuntamiento como la Generalitat concentraban la práctica totalidad de la representación electa que después de las sesiones no había abandonado los edificios a causa de la excepcionalidad de la situación. Y, también, según la prensa de la época, estaba presente una pareja de novios que la noche anterior se habían encontrado rodeados por los combates y se habían refugiado en el edificio consistorial.

Imagen principal: Militares españoles en la plaza del Àngel / Blog Libertad