Tal día como hoy del año 1493, hace 524 años, nacía en Valencia Joan Lluís Vives i March, una de las figuras destacadas de la cultura, el pensamiento y la política europeas de la centuria de 1500. Vives nació en el seno de una familia de la potente comunidad de judíos conversos en la Valencia de la plenitud postmedieval. Una comunidad de la que formaban parte los Santàngel -banqueros de la Corona catalanoaragonesa y financieros del primer viaje de Colón a América- y también, muy probablemente, los mismos Colón. Los patronímicos originarios de las estirpes paterna y materna de Vives eran Abenfaçam i Xaprud, y formaban parte de la elite mercantil de la ciudad de Valencia.
A principios de 1500 la comunidad conversa de Valencia fue objeto de una persecución que tenía un carácter más político que religioso. La Inquisición arruinó a la familia Vives, obligada a pagar elevadas sumas por la remisión de penas. Vives huyó a París. Estudiaría en la Sorbona y con 21 años ya era autor y profesor de la Universidad. Poco después impartiría en la prestigiosa Universidad de Lovaina y se establecería en Brujas, en casa de los Valldaura -unos parientes, también de Valencia, que habían huido años antes. Los Países Bajos hispánicos, que se mantenían libres de la asfixia inquisitorial, se convirtieron en el punto de concentración del exilio judeoconverso peninsular.
Poco después, Vives impartiría en Oxford. Allí alcanzaría el cenit de su prestigio y de la difusión de su pensamiento. Mantuvo correspondencia con los más destacados gobernantes de Europa, haciendo proselitismo de los valores de la paz y de la unidad europea. En Londres tuvo una relación muy estrecha con dos de las grandes figuras del pensamiento de la época: Tomás Moro -el gran humanista inglés- y Catalina de Aragón -la reina catalana de Inglaterra. Con la reina mantuvo una intensa correspondencia, siempre escrita en catalán. Vives no volvió a Valencia. La muerte en la hoguera de su padre y de sus hermanos en manos de la Inquisición lo apartaron para siempre de su origen.