Tal día como hoy del año 1809, hace 208 años, moría en Santpedor (Bages) Isidre Lluçà i Casanovas que, coetaneamente, sería conocido como el Timbaler del Bruc. Su leyenda nace a partir de la Primera Batalla del Bruc. El 6 de junio de 1808 el cuerpo del ejército francés acantonado en Catalunya -dirigido por el general Duhesme- había salido de Barcelona con la misión de sofocar las revueltas locales de Manresa y de Igualada. En el Bruc toparon con un cuerpo de la parte del ejército español que no aceptaba la renuncia de Fernando VII a favor de Joseph Bonaparte -hechos de Bayona-, y con varias compañías del somatent catalán de Manresa, de Igualada y de Tàrrega, articuladas por los sectores sociológicos e ideológicos más tradicionalistas de la Catalunya rural y agraria.

La historiografía contemporánea ha probado la existencia del Timbaler como un personaje integrante de la Confraria dels Dolors de Santpedor. En cambio existe una división de criterios con respecto al papel que jugó en el desarrollo de aquella batalla. Mientras que una parte se inclina por situarlo como un simple tamborilero situado en la vanguardia de las compañías de somatents, otra ha llevado a cabo varios estudios para demostrar su papel decisivo considerando que la orografía de la montaña de Montserrat actuó como una caja de resonancia. En cualquiera de los dos casos lo que sí que está probado es que no era un muchacho. En el momento de la batalla tenía 17 años, y en aquella época se consideraba que una persona de esta edad ya era un adulto, preparado para emanciparse y formar a una familia.

Muere el Tamborilero del Bruc. Manresa. Grabado de finales del s. XVIII

Manresa en el siglo XVIII

Y lo que también está probado es que el Timbaler del Bruc, y por extensión los somatents catalanes, no se rebelaran movidos por la fidelidad a la idea de España. Los somatenes se rebelaron contra la ideología revolucionaria y anticlerical de la administración napoleónica. Y contra la burguesía mercantil urbana -pro-francesa- que había sometido el campo catalán a los intereses del sector industrial. Rebeliones que se repetirían en el transcurso del siglo XIX. En la invasión de los Cien Mil Hijos de Sant Lluís (1823) para derrocar al gobierno liberal español, luchando al lado del Borbón francés. Y en el transcurso de las guerras civiles carlistas que enfrentaron a liberales y tradicionalistas, luchando al lado del pretendiente Carlos María Isidro -aliado de la Santa Sede- contra la Reina legítima de España.