Tal día como hoy, hace 111 años, un grupo de 300 oficiales y soldados del ejército español asaltaron y destruyeron la redacción del semanario satírico catalán Cu-Cut!, situada en la calle Escudellers, 34, de Barcelona. Cu-Cut! era una publicación próxima a la Lliga Regionalista, la primera fuerza política del Principado. La Lliga -y por extensión una mayoría de la sociedad catalana- tenían un pésimo concepto del estamento militar español. Era visto como una institución anacrónica y obsoleta, que simbolizaba los contravalores más detestables de la España rancia, apolillada, atávica y eterna de fábrica castellana. Y a la que -perdidas las colonias de ultramar- sólo le quedaba la misión de reprimir Catalunya.

El 23 de noviembre -dos días antes del asalto- Cu-Cut! publicó -en su número 204- una ilustración en portada que satirizaba la serie de derrotas militares que había sufrido el ejército español. Para Cu-cut! era un tema recurrente que -en clave humorística- respondía al sentimiento de indignación que cubría la sociedad catalana por la pésima gestión gubernamental en las crisis de Cuba, Puerto Rico y Filipinas (1898). No se entendía la incapacidad española para negociar una salida a la crisis que habría permitido mantener la influencia comercial. Pero, sobre todo, no se aceptaba el elevado coste de vidas humanas -las levas forzosas- perdidas en unas guerras consideradas innecesarias.

El chiste que provocó el malestar de los militares

El asalto y destrucción de Cu-Cut!, lejos de tener las consecuencias que habían previsto los militares, significó un detonante en la escalada de tensión entre Catalunya y España. Se vendieron 60.000 ejemplares del número 204 en una ciudad de poco más de 500.000 habitantes. El Gobierno español, asustado, decretó la suspensión de las garantías constitucionales en territorio catalán. Se produjeron movilizaciones masivas que tomaban el relevo de las grandes manifestaciones del Tancament de Caixes (1899). Y el catalanismo político reaccionó unificando todas sus fuerzas. Nacía Solidaritat Catalana, el primer gran movimiento político unitario catalán, que reunía desde el carlismo tradicionalista al republicanismo progresista.