Tal día como hoy, hace 39 años, se clausuraba en Barcelona el Congrés de Cultura Catalana, que se había inaugurado en València el 6 de abril del año anterior.. El profesor, filólogo e historiador Jordi Rubió i Balaguer -creador de la Biblioteca de Catalunya- fue nombrado presidente del Congrés. Y las vicepresidencias fueron otorgadas al pintor Joan Miró -representante el Principat de Catalunya-, al escritor Joan Fuster -representante del País Valencià-, al filólogo y editor Francesc de Borja Moll -representante las Illes Balears- al historiador Pere Ponsich -representante la Catalunya nord- y al profesor Joan Martí, obispo de Urgell -representante el Principat d'Andorra.

El proyecto partía de una iniciativa impulsada en el monasterio de Montserrat 13 años antes (1964) por el abad Escarré, en un escenario político y social de prohibición absoluta y de persecución brutal y obsesiva de la lengua y de la cultura catalanas. Durante los 20 meses de celebración del Congreso (1975-1977) -que fue presentado, también, a Perpinyà, Palma y Andorra la Vella- participaron más de 15.000 personas y más de 1.500 entidades. En el Congrés se pusieron las bases de los grandes proyectos -que más tarde asumirían las administraciones autonómicas y municipales- para la recuperación y la normalización de la lengua y la cultura catalanas en el ámbito de los Països Catalans.

El uso social, académico, científico, político e institucional de la lengua -y la defensa de su unidad- fue el eje de todas las ponencias. Se diseñó un ambicioso proyecto de normalización que presentaba el catalán como la lengua vehicular en la enseñanza y en las administraciones públicas. También otros aspectos ocuparon parte de los trabajos de las ponencias. El desarrollo económico -y los desequilibrios territoriales que había provocado la industrialización- fue un tema sobradamente debatido. Y también, en este caso, se diseñaron proyectos de redistribución de la actividad en el territorio. En definitiva, el Congrés ha sido el referente de los cambios sociales y económicos de los últimos cuarenta años.