Tal día como hoy del año 672, hace 1.347 años, en Toledo (capital de la monarquía visigótica hispánica) coronaban a Wamba. Este personaje llegó al trono como una figura de consenso entre las diferentes y poderosas facciones sociales y políticas que cohabitaban en el reino visigótico hispánico. Durante su reinado (672-680) tendría que combatir la rebelión y expansión de las tribus vascas (que no aceptaban el dominio visigótico y que habían ocupado el valle alto del Ebro), y las primeras incursiones procedentes del norte de África, formadas por tribus bereberes islamizadas.

Pero el conflicto más grave y amenazador al que se tendría que enfrentar Wamba sería la revuelta secesionista en los territorios de la provincia Narbonense y de la mitad oriental de la provincia Tarraconense (actuales Languedoc, Catalunya y mitad norte del País Valencià). Aquella revuelta, promovida por las oligarquías latifundistas hispanorromanas del territorio (en conflicto con las élites militares visigóticas) sería liderada por Flavius Paulus, un prestigioso general de la monarquía visigótica, que todos los indicios apuntan que era de origen hispanorromano y nacido en Dianium, la actual Dénia (País Valencià).

Aquella revuelta sería el primer intento secesionista dentro de los dominios de la monarquía visigótica. Y la historiografía la sitúa en el contexto de rivalidades entre los ejes políticos y económicos de Toledo-Mérida-Sevilla, por una parte; y de Tarragona-Empúries-Narbona (muy vinculado culturalmente y económicamente a la mitad sur del reino de los francos), por la otra. Wamba, en una operación militar de gran envergadura, derrotó a Flavius Paulus. Lo encarceló y, posteriormente, lo exhibió desnudo por las calles de Toledo con una espina de pescado pegada a la cabeza.

Tres décadas más tarde (711), los herederos de la rebelión secesionista de la Tarraconense y de la Narbonense, pactarían con los árabes el derrocamiento de la monarquía visigótica toledana. El desembarque árabe a la península y la derrota del rey Rodrigo en la batalla de Guadalete (Andalucía) significarían el fin del reino visigótico hispánico.