Tal día como hoy del año 1714, hace 308 años, y en el contexto de la última fase de la Guerra de Sucesión hispánica (1705-1715), denominada Guerra de los Catalanes (1713-1714), cesaban los combates del asedio de Barcelona, que, desde el 25 de julio de 1713, habían enfrentado al ejército borbónico francocastellano contra el Real Ejército de Catalunya (integrado por regimientos de Miquelets de Catalunya y por la Coronela de la ciudad). En aquel momento, los atacantes borbónicos habían conseguido penetrar en el interior del cerco amurallado de Barcelona, pero, tan sólo, tenían un dominio efectivo sobre las calles y plazas de la zona del Born.

El asedio de Barcelona (25 de julio de 1713 – 11 de septiembre de 1714) se había convertido en el principal escenario de guerra del continente, y todas las cancillerías y toda la prensa europea miraban con mucha atención el desarrollo de aquel operativo militar. Tanto es así que el 6 de julio de 1714, después de 345 días de sitio, Felipe V (obedeciendo instrucciones de su abuelo Luis XIV) ordenó la sustitución del comandante del asedio. Versalles no podía entender cómo el ejército profesional francocastellano era incapaz de doblegar la resistencia civil catalana y después de sufrir varias humillaciones en manos de los catalanes, el duque de Pópuli fue cesado y relevado por el duque de Berwick.

Según las fuentes documentales, el 12 de septiembre fue la primera jornada de armisticio después de 413 días de asedio. Durante aquel día, los representantes catalanes y francocastellanos parlamentaron en varias ocasiones. Berwick tenía órdenes expresas de carbonizar Barcelona, pero advirtió que los catalanes estaban dispuestos a morir antes de caer en las garras del régimen borbónico. Temiendo una última reacción catalana, que podía ser su tumba profesional, accedió a pactar una capitulación que garantizaba la vida y los bienes de todas las personas que habían combatido con el Real Ejército de Catalunya. Al día siguiente, 13 de septiembre, las dos partes firmaban la capitulación.

El régimen borbónico español nunca cumplió las condiciones que su comandante Berwick había pactado con los catalanes en nombre de Felipe V.