Lejos de reducirse la tensión entre el mundo de Podemos y el espacio de izquierdas artificialmente construido alrededor de la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, unos y otros prosiguen la escalada suicida de confrontación y enemistad con la que parece que puede cerrarse una etapa histórica en que ha habido el primer gobierno de coalición en España. Podemos no se va a dejar arrastrar fácilmente al baúl de los recuerdos donde se guardan los objetos desclasificados, por dos razones: tienen estructura de partido suficiente para aguantar el envite y, en segundo lugar, la izquierda de Díaz es bastante de cartón piedra, con escasas diferencias con el PSOE más allá de que los dirigentes de ambos partidos son diferentes.

Una encuesta publicada este domingo refleja el mal negocio político de la disputa entre Podemos y Sumar. Por separado no llegarían a la veintena de diputados y en coalición disputarían la tercera posición a Vox y acercarse a los 50 diputados en las próximas elecciones españolas. ¿Si está tan claro lo que ganan y lo que pierden por qué se siguen peleando? Es obvio que Podemos no quiere quedar absorbido por un espacio político que es, sobre todo, fruto del marketing político y del apoyo ingente que le suministra el PSOE y de manera muy especial La Moncloa para rebajar el papel de políticos como Pablo Iglesias.

Porque aunque Iglesias está formalmente retirado, o mejor dicho apartado, de la primera línea política, sigue moviendo muchos hilos, al menos los suficientes para que Yolanda Díaz no haya remachado con éxito el proyecto político que con tanto esmero había cuidado desde que se hizo con la vicepresidencia que le regaló Iglesias cuando abandonó el ejecutivo español para concurrir a las autonómicas de Madrid, en mayo de 2021, en una operación política que fue un absoluto fracaso y que a la postre sirvió para que Isabel Díaz Ayuso obtuviera más escaños en la Asamblea que los tres partidos de izquierda juntos.

Vamos a ver cómo dilucidan su conflicto en las ya inminentes municipales y autonómicas, donde Podemos puede sufrir un resultado muy por debajo del de 2019 y, quizás por ello, Díaz mantiene una distancia para no quedar salpicada. La secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ya le ha pedido que haga campaña por la formación morada, mientras esta prefiere mantenerse en la zona de confort o apoyar formaciones periféricas a la izquierda del PSOE, como es el caso de Ada Colau a la alcaldía de Barcelona frente al candidato de Podemos a la alcaldía de Madrid, Roberto Sotomayor.

Pero en política conflictos más pequeños se ha visto que acaban desembocando en situaciones irreversibles. Quizás este acaba siendo un nuevo caso entre errores de unos y de otros.