La visita de Pedro Sánchez a la Casa Blanca para entrevistarse con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, es básicamente un spot electoral en el inicio de la campaña electoral para las municipales y autonómicas del 28 de mayo. Es su primera vez en casi cinco años de presidencia y ha roto el ostentoso vacío en anteriores encuentros multilaterales en que ambos habían coincidido y alguna imagen ridícula por parte de la Moncloa tratando de arrancar un saludo de Biden en algún pasillo en que se habían encontrado.

En esta ocasión, 45 minutos de reunión en la Sala Oval y un trato a medio camino entre una photo opportunity y un encuentro al máximo nivel para la administración norteamericana con comparecencia conjunta en una rueda de prensa. Una deferencia que Biden sí dispensó al francés Emmanuel Macron y al canciller alemán Olaf Scholz, el primero ciertamente presidente de la República Francesa pero el segundo canciller alemán, el equivalente en otros países a primer ministro.

En el ranquing de encuentros entre un presidente de Estados Unidos y el primer ministro español, Sánchez se sitúa en un nivel similar al de Mariano Rajoy con Donald Trump o José Luis Rodríguez Zapatero con Barak Obama. Tan solo encuentro en la Sala Oval. Diferente les fue a Felipe González con Ronald Reagan o José María Aznar con George Bush Jr., que pudieron protagonizar una rueda de prensa conjunta en suelo norteamericano. La de González en 1984, dos años antes del referéndum de entrada de España en la OTAN y cuando el dirigente socialista ya había virado en su negativa. La segunda, mucho más reciente, cuando Aznar se alineó sin fisuras con Bush en la guerra de Iraq.

En esta ocasión, los méritos de Sánchez -cambios en política exterior, claramente en el Magreb, y la aceptación de migrantes latinoamericanos de forma legal ante la avalancha de ilegales en Estados Unidos- le abrieron las puertas a medias. Suficiente para el coro mediático que apostó por la foto en la portada de ambos mandatarios sentados y ninguno por la del presidente español atendiendo a los medios en los jardines de la Casa Blanca.

Al final, lo más importante de la visita de Sánchez a Biden era que se celebrara, y a poder ser en campaña. Ya de nuevo en España, en la primera visita de su caravana electoral, este sábado en Sevilla, ha empezado a sacar lustre al viaje en un mitin del PSOE a los que les informó que el nombre de la capital andaluza había salido en la reunión con Biden en la Casa Blanca. Seguro que no será el primer conejo o sea la única ciudad.