Para este jueves se ha anunciado la puesta de largo de la candidatura del aparato de Esquerra Republicana, patrocinada por Marta Rovira, Pere Aragonès, Marta Vilalta, Laura Vilagra o Raquel Sans, entre otros, y que tiene como finalidad última ganar el congreso del partido a Oriol Junqueras. No han anunciado quién le disputará la presidencia a Junqueras y, por ahora, se limitan a puntualizar que mucho más importante que saber quién estará al frente, es tener una dirección coral que sustituya a un liderazgo muy potente. Quizás no sean estas dos listas las únicas que rivalicen por el liderazgo del partido, ya que el Col·lectiu Primer d'Octubre, el sector más independentista, también baraja presentarse, aunque sus opciones son menores.
Era evidente, desde que Marta Rovira puso de manifiesto su distanciamiento de Junqueras, que avalaría una lista que arrastrara al expresidente del partido a la jubilación o a una posición simbólica como, por ejemplo, que conservara sus opciones de ser candidato a la Generalitat, pero sin mando en el partido. Lo que ha sucedido desde la estrepitosa derrota electoral de mayo, sin embargo, no estaba en el guion. Junqueras dejó la presidencia con todas las consecuencias, despacho, sueldo, equipo de comunicación, asesores, secretaria y un largo etcétera y se dedicó a reunirse con grupos de militantes. Además, dejó en manos de los que hoy se oponen a que vuelva a dirigir el partido la negociación con el PSC, que desembocó en la investidura de Salvador Illa como president de la Generalitat.
Hoy, se da como muy probable la victoria de Junqueras en el congreso y el hecho de que ninguna cara potente del partido haya dado el paso para confrontarse, le ha permitido cobrar ventaja
Hoy, se da como muy probable la victoria de Junqueras en el congreso y el hecho de que ninguna cara potente del partido haya dado el paso para confrontarse —aspirantes ha habido algunos/as, pero, en el momento definitivo, no se ha concretado— ha permitido a Junqueras cobrar ventaja. De ahí la urgencia con que sus rivales se han apresurado a presentarle batalla, ya que se estaba produciendo un decantamiento natural de muchos cuadros del partido hacia el expresidente y si hubieran esperado un par de semanas, igual la batalla habría estado acabada. Veremos cómo reacciona la militancia de Esquerra, pero si la candidatura alternativa de Rovira, Nova Esquerra Nacional (NEN), no cuaja con rapidez y recoge apoyos importantes, no será más que un movimiento de presión para pactar unos cuantos nombres en la nueva ejecutiva.
En cualquier caso, Esquerra, además de la renovación de cargos, tiene pendiente la hoja de ruta del partido. Porque de los resultados de todo el ciclo electoral —municipales, generales, europeas y catalanas— cabe extraer que la enmienda fue a las dos cosas. Obviar este segundo debate sería un error. Sobre todo, porque pese a los malos resultados de las últimas cuatro elecciones, Esquerra tiene un papel decisivo o importante en numerosas administraciones catalanas. Solo hace falta mirar el mapa político para ver que es así, y que de su voto depende tanto el president Salvador Illa, como varias diputaciones y numerosos ayuntamientos, empezando por el de Barcelona. De ahí que el liderazgo y el rumbo vayan necesariamente de la mano.