Con el inicio de la sesión de investidura de Mariano Rajoy este martes y el más que previsible 'no' de la mayoría del Congreso de los Diputados, el líder socialista se habrá tomado cumplida venganza de la humillación a la que le sometió el presidente del gobierno en funciones el pasado mes de marzo durante una sesión parlamentaria idéntica, con la única salvedad que el candidato a la investidura entonces era Pedro Sánchez. La última escena de cortesía parlamentaria entre Rajoy y Sánchez ha tenido lugar este lunes con una cita intrascendente que no sirvió para mover a los socialistas del 'no'.

España no tendrá gobierno esta semana, y aunque ahora las apuestas pasan a las semanas inmediatamente posteriores a las elecciones vascas y gallegas (el 25-S) y también a la moción de confianza del president Puigdemont (28-S), lo cierto es que cualquier especulación de lo que entonces sucederá es una quimera. También será la primera vez que la Diada se celebrará con un gobierno en funciones en España, una circunstancia que dará un aire de provisionalidad a la respuesta del gobierno del Partido Popular y también de los partidos españoles, encerrados en un laberinto del que no saben encontrar la puerta de salida.

Tres son las cosas que habrá que seguir con atención en esta investidura: el nivel de agresividad entre Rajoy y Sánchez, ya que marcará si existen o no puertas abiertas para no hacer descarriar la legislatura. Qué nivel de complicidad son capaces de exhibir Rajoy y Rivera, sobre todo después de que el líder de Ciudadanos haya tenido que tragarse entero el sapo de que el líder del PP no sería presidente con sus votos y también haya tenido que rebajar sus propuestas de regeneración democrática. Y, finalmente, comprobar como encaja Rajoy las peticiones que pueda tener desde la tribuna de oradores de dejar paso a otro dirigente de su partido si quiere salvar, en un futuro, la investidura.

En lo que respecta a Catalunya, no existe expectativa de ningún avance tras el acuerdo entre PP y Ciudadanos de no permitir un referéndum y el compromiso de actuar decididamente contra la inmersión lingüística. Lo contrario sería toda una novedad y la política española, de novedades, hace tiempo que ofrece muy pocas como han resaltado estas últimas 24 horas desde el Financial Times y el The New York Times. Y es que, mientras en España la prensa de papel dispara contra Sánchez por no haberse rendido al PP, en el extranjero se destaca la incapacidad política. Un matiz importante.