Miquel Iceta, el incombustible máximo dirigente del PSC, ha sido el dirigente político escogido por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría para iniciar el baile político en Catalunya. La Operación Diálogo cuenta ya así con su primer avalador público, como reconoció el propio Iceta tras la cita en la Delegación del Gobierno español en Barcelona: "La actitud ha cambiado", señaló el político socialista que, por otro lado, ha sido un interlocutor más o menos puntual de la vicepresidenta del Gobierno español durante todos estos años. La maquinaria propagandística cuenta, al menos, con una primera foto. Incluso, con una segunda, ya que por una puerta salió Iceta y por la otra entró Inés Arrimadas, la líder de Ciudadanos.

No deja de ser curioso que para reunirse en una fecha aún no hecha pública con el vicepresident Oriol Junqueras en Barcelona, que le pidió cita por carta hace un par de semanas, Santamaría haya querido recabar antes la opinión de Iceta y Arrimadas. A menos de que el Gobierno español no quiera comparecer en este encuentro encarnando una posición compartida de las tres fuerzas políticas, PSC, C's y PP. En cualquier caso, si bien Iceta ha sido el primer político en alinearse con Soraya en las horas previas se le había adelantado el presidente saliente del Cercle d'Economia, Anton Costas, que había señalado que Rajoy había abierto una vía posibilista con Catalunya.

Lo cierto es que las piezas del denominado espacio unionista -evidentemente, no solo las políticas- se van alineando y lo hacen con mayor disciplina que en tiempos pasados. Quizás conscientes de que el envite del president Carles Puigdemont y por extensión de su Govern de celebrar un referéndum de independencia el próximo mes de septiembre no es un brindis al sol. Y que en muy pocas semanas se iniciará en Catalunya, al menos por parte de algunos partidos, veremos si de la Generalitat, la larga campaña para la celebración del referéndum. La apuesta del trio PP-PSC y C's es tratar de romper este guión aunque hasta la fecha nadie sabe ni tan siquiera cómo lo van a intentar hacer, más allá de las iniciativas judiciales puestas en marcha con las inhabilitaciones de cargos electos.