Quizás la principal novedad del congreso del PSC que se ha celebrado este fin de semana en Barcelona ha sido la visualización de una generación de los socialistas catalanes que se está yendo de los puestos de mando de la organización y otra que está llegando. Y en medio, jugando este papel con astucia, Miquel Iceta, el reelegido primer secretario, que creció políticamente con los viejos socialistas pero que ha asumido el reto de desplazar los prohombres del pasado y dar paso a una nueva generación de dirigentes, muchos de ellos procedentes del mundo municipal. El PSC vuelve así a sus orígenes, el mundo municipal. Su gran cantera durante los años ochenta y noventa. Aunque, eso sí, las condiciones políticas no son, ni de mucho, las de aquellos años; han dejado de ser aquel partido hegemónico de la izquierda y su electorado ha buscado refugio en otras formaciones, como el partido de Ada Colau o también Esquerra Republicana.

De la manga se ha sacado Iceta una carta para evitar que todo el mundo esté pendiente de su disputa con Núria Parlon, su rival en las recientes primarias y que perdió hace muy pocas semanas por unos cientos de votos la alcaldesa de Santa Coloma. La elección de otra alcaldesa, Núria Marín, como adjunta al primer secretario tiene así una doble lectura: por un lado, que las dos Núries disputen el delfinato y eso deje más libre a Iceta. Nada nuevo, Rajoy hace lo propio con Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal. También, reconocer el peso específico de la alcaldesa de l'Hospitalet, con gran predicamento en el partido y con puentes en el PSOE. Porque, otra de las conclusiones del congreso es el deseo del PSC de mantener todos los puentes con el PSOE y de manera muy especial los orgánicos, es decir, su presencia en la comisión ejecutiva y en el comité federal. Algo que, cuando menos, está en discusión ya que esa era una carpeta que la gestora del PSOE tenía cerrada después de que los socialistas catalanes votaran no a la investidura de Mariano Rajoy.

Junto a las dos NúriesIceta da juego en la ejecutiva a otros dos peones, en este caso en la política española y europea. La diputada Meritxell Batet, que ha recogido el testigo de Carme Chacón como cabeza de lista en el Congreso de los Diputados, y Javi López, el eurodiputado en el Parlamento de Bruselas. El congreso no ha despejado el cartel electoral de los socialistas catalanes en las próximas elecciones al Parlament. Todo apunta a que Iceta podrá escoger si repite como candidato o cede el paso a alguna de las dos Núries. En cualquier caso, el peso del cinturón de Barcelona, una de las obsesiones históricas del PSC, está más que garantizado.