El nombramiento de Enric Millo como delegado del Gobierno en Catalunya en sustitución de María de los Llanos de Luna, abogada y funcionaria del cuerpo superior de técnicos de la Administracion de la Seguridad Social, pone punto final a la carrera política de quien ha sido el rostro del Ejecutivo español en Catalunya y ha protagonizado en primera persona la etapa de mayor confrontación con las administraciones catalanas. Desde el Govern catalán hasta los ayuntamientos contra los que ha iniciado todo un verdadero serial de recursos y contrarecursos para tratar de atajar cualquier movimiento que pudiera entenderse como un acto de condescendencia con el independentismo. A Llanos de Luna no se la llevan, sin embargo, sus múltiples errores y su desconocimiento más absoluto de la realidad catalana sino la necesidad de perfiles diferentes mucho más acordes con la imagen que dice querer ofrecer el Gobierno español en los próximos meses.

Para ello había que relevar al ministro Fernández Díaz y toda la cúpula de Interior involucrada en la 'Operación Catalunya', la etapa más negra de combate contra el independentismo catalán con todo tipo de medios, los legales y los ilegales, como han denunciado públicamente mandos policiales que han ocupado puestos estratégicos durante estos años. El hecho de que sean relevados los miembros más hooligans por perfiles más profesionales solo demuestra, por ahora, un cambio de decorado y la voluntad de encontrar perfiles mucho menos quemados políticamente hablando.

En este contexto, la elección de Millo como delegado del Gobierno no es casual al ser un político mucho más bregado y acostumbrado a tonalidades diferentes de discurso. Aunque en los últimos años ha seguido disciplinadamente la estrategia popular fijada desde Madrid, en su lóngeva carrera política ha sido diputado de CiU entre 1995 y 2003, dentro del cupo de parlamentarios de la extinta federación que le correspondían a Unió. Muy al final de esta etapa y en medio de desavenencias importantes con el líder democristiano Duran i Lleida, que le había retirado su confianza, intentó, según el entonces secretario general de Esquerra Republicana Joan Puigcercós, una reubicación en el partido de Macià y Companys. Millo siempre ha negado que eso fuera cierto y que se hubiera reunido con Puigcercós, ofreciéndose para ir en las listas del partido republicano. Pero el ex secretario general de ERC nunca ha querido corregir esta versión y la ha repetido en diversas ocasiones.

Muy aficionado a los coches, publicitó el pasado mes de julio un viaje a Finlandia para vivir en situ el Mundial de rallies e incluso dio a conocer a través de su cuenta de Twitter alguna foto al volante de uno de los coches. Una experiencia que le debería ser útil ahora que la política catalana ha enfilado las últimas etapas del rally más decisivo de las últimas décadas.