Un profesor de un instituto de A Pontenova, una población de algo más de 2.000 habitantes en la provincia de Lugo, acaba de recibir del gobierno gallego una seria advertencia administrativa por explicar la asignatura de matemáticas en gallego. De nada le ha servido que el 100% de sus alumnos hablen gallego ya que la instrucción del departamento de Educación es clara: un decreto aprobado en el año 2010 obligaba a hacer las clases en castellano y, en consecuencia, hay que impartir la asignatura en castellano o, en su defecto, en inglés. En Galicia gobierna el Partido Popular, el que aún consideran algunos el partido más moderado de la derecha española y su presidente es Alberto Núñez Feijóo, el arquetipo, según Madrid, del centrismo español. La eterna esperanza que hasta la fecha se ha dejado querer por todos y no ha sido reclamado por nadie. Eso, en los partidos, ya pasa.

La degradación del modelo de la España de las autonomías no es una cosa que afecte en exclusiva de Catalunya. Con mayor o menor intensidad hay un intento indiscutible de ir eliminando los rasgos identitarios de los territorios con una personalidad propia. ¿Alguien podía pensar que solo era el tema catalán? ¿Quién ha sido tan ingenuo, o botarate, de creer que el Estado español tan solo pretendía aplastar el independentismo catalán? Es obvio que las diferentes lenguas y culturas del Estado tienen motivos para estar preocupadas. Todo es un problema de tiempo y Euskadi no será ajena al proceso recentralizador que hay en marcha aunque sea la que menos lo note por ahora.

En esta precampaña de las elecciones españolas que se celebrarán el 28 de abril se está produciendo una cosa muy curiosa: solo se habla de Catalunya y de cómo acabar con el independentismo. Que si ilegalización de los partidos, que si prisión para Quim Torra y todo el Govern, un nuevo 155 para volver a suspender la autonomía catalana, un 155 permanente, unos Mossos descafeinados bajo las órdenes de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, el control de TV3 ... Todo es eso. Nada más por parte de Pedro Sánchez, Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal. Por cierto: ya que se habla sobre todo de ellos, quizás que los partidos independentistas empiecen a tomarse un poco más en serio la campaña electoral.

En 1976, el entonces presidente Adolfo Súarez, concedió una entrevista a la revista Paris Match en la que, a la pregunta de si se podría estudiar en el País Vasco o en Catalunya el bachillerato en catalán o en euskera, contestó: "Su pregunta, perdone que se lo diga, es tonta. Encuéntreme, primero, unos profesores que puedan enseñar química nuclear en vasco o en catalán. Seamos serios..." Aunque años después uno de los periodistas presentes en la entrevista aseguró que Suárez solo se había referido al vasco, lo cierto es que para la historia ha pasado la frase completa. No se habían celebrado aún las primeras elecciones libres en España, la España de las autonomías ni existía, Tarradellas ni se planteaba volver de Francia y el Parlament de Catalunya estaba presente solo en los libros. 42 años después, Suárez ya no está, el Adolfo Suárez que hace política dice barbaridades por todas las esquinas, la derecha centrada da más miedo que la UCD y las matemáticas se tienen que enseñar en castellano.