La decisión de Felipe VI de no abrir una nueva ronda de consultas con los diferentes partidos para proponer de nuevo a Mariano Rajoy como candidato a la presidencia del Gobierno o, si se dieran las circunstancias, un candidato alternativo, supone la paralización más absoluta de la política española, al menos, durante semanas y quién sabe si hasta la convocatoria de unas nuevas elecciones, no el 25 de diciembre como imprudentemente planteó el presidente en funciones, sino el domingo antes. También pone de relieve que la elección de la presidenta del Congreso por parte de Rajoy en esta legislatura no fue casual ya que al optar por su ministra de confianza Ana Pastor limitaba al máximo las sugerencias que se pudieran realizar al monarca desde la tercera máxima autoridad del Estado.

No hubiera sido tan extraño por parte del Rey citar de nuevo a los presidentes de los grupos parlamentarios para conocer de primera mano si hay margen para un nuevo movimiento. De hecho, casi hubiera sido lo normal habida cuenta su papel arbitral. Quien sí ha anunciado su nuevo movimiento para armar una nueva mayoría es el presidente en funciones: no se moverá. El otro actor de esta eterna película, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, sí que piensa reunirse con todos los partidos en unos encuentros que se presume que no serán más que conversaciones de café.

A Sánchez ya se le ha recordado que no puede pactar con Podemos, con lo que cualquier cita parece condenada al fracaso. Otra cosa es ocupar minutos de televisión o titulares en los medios. No deja de sorprender el sentido patriótico de Rajoy y Sánchez ante la situación actual. Muchos discursos señalando que el momento es un desastre para la economía española y ahí están erre que erre sin moverse de su cómoda posición al frente del PP y el PSOE. Aunque la responsabilidad es compartida valdrá la pena recordar a Rajoy en el futuro qué entiende por patriotismo que en última instancia no debe ser otra cosa que sacrificarse por el bien de tu país. ¿Por qué nadie se pregunta a qué obedece el inmovilismo del presidente en funciones? Es cierto que el PP fue el único de los cuatro partidos grandes que mejoró sus resultados el 26-J respecto al 20-D, pero si ello no es suficiente para gobernar, ¿no valdría la pena dejar que lo intente otro dirigente de los populares?

Eso creo que debe ser un gesto patriótico, de aquellos que cuesta realizar y nadie te agradece. Incluso, algunos, te olvidan rápidamente. Porque la política es un juego de cromos: estás o no estás. Por eso es mucho más fácil siempre hablar de patriotismo que practicarlo. Lo primero sale gratis. Lo segundo no.