Como era previsible, el acuerdo entre el Govern y el Ministerio de Transportes para la ampliación del aeropuerto de El Prat está despertando a partes iguales una ola de adhesiones y un alud de críticas. Entre las primeras, los principales miembros del ejecutivo catalán, una parte significativa de los dos partidos que lo sostienen en el Parlament y el PSC. Entre los segundos, la CUP, que facilitó la investidura del president Pere Aragonès, los comunes, algún sector de Esquerra Republicana, en menor medida de Junts, y las formaciones ecologistas y entidades de signo diverso de los municipios afectados.

El hecho de que sea una infraestructura importante y controvertida y que la ministra ya haya puesto calendario, el año 2030, hace necesario que el Govern dé una respuesta afirmativa a la petición de comparecencia parlamentaria de Pere Aragonès y del vicepresident, Jordi Puigneró, que le ha formulado la CUP. El Govern tiene triunfos para comparecer desacomplejadamente en el Parlament y la CUP se merece una respuesta favorable en su condición de socio preferente del ejecutivo catalán y con el que se pretenden sacar adelante proyectos legislativos tan importantes como los próximos presupuestos de la Generalitat.

El Govern debe a la opinión pública, en un tema tan complejo y con una posición tan enconada entre los dos bandos, la máxima transparencia posible. Y para ello el Parlament es el lugar adecuado, incluso sin esperar a septiembre, si es necesario para ello está establecida la posibilidad de una convocatoria de la Diputació Permanent durante este mes de agosto.

Porque si no se explica adecuadamente, el relato que se impondrá será el de Pedro Sánchez explicando, como ha hecho este martes tras su audiencia en el palacio de Marivent con Felipe VI, tres grandes mentiras: que el gobierno español cumple con el Estatut, que hay una cogobernanza y que el acuerdo del aeropuerto reimpulsará Catalunya, lastrada por el procés. El gobierno español casi nunca cumple, la cogobernanza brilla por su ausencia y los problemas derivados del procés han sido la violencia policial, la persecución judicial y el ahogo económico y financiero al que ha sido sometido Catalunya desde Madrid. Lo demás es una noticia fake de las muchas que salen del palacio de la Moncloa.