El Gobierno español no ha podido aguantar más y, a riesgo de pervertir la limpieza de las elecciones catalanas del 14-F, ha hecho desembarcar este jueves al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en la campaña electoral. Por primera vez en el histórico del instituto demoscópico español —estamos hablando de varias décadas— se ha presentado en plena campaña electoral una encuesta sobre Catalunya. Algo que ha sido denominado encuesta flash y que tiene cuatro objetivos: interferir en los comicios catalanes en el ecuador de la campaña, con todo el bombo y platillo que acostumbran a tener las encuestas del CIS; inflar al candidato del PSC, el exministro Salvador Illa; generar una expectativa irreal de cambio político en Catalunya en que el unionismo puede desplazar al independentismo de la mayoría absoluta de escaños en el Parlament, y atraer a las candidaturas socialistas votantes de otras formaciones españolistas seducidas por el magnetismo del voto útil.

Muchas de estas cosas ya las acostumbra a hacer el Gobierno español cada vez que hay elecciones en Catalunya. Pero con algo de más tiento y sin entrar como un elefante en una cacharrería. Guardando, al menos de puertas afuera, las formas. Pero parece que con la presidencia de José Félix Tezanos en el CIS todo está permitido aunque se lleve por delante el prestigio del instituto. Tezanos e Iván Redondo, el todopoderoso gurú de Moncloa, no respetan nada cuando se trata de intervenir en los estados de opinión de la ciudadanía y, si hay que interferir en la campaña con una encuesta para dar impulso a Illa, se hace y punto. Y si para ello se tienen que presentar horquillas de intención de voto de 3, 4 o 5 puntos, lo que es algo científicamente injustificable, se presentan. Se confirma, por tanto, que el Estado ha decidido ir con todo a las elecciones catalanas, algo que debería ser un estímulo perfecto para sacar de sus casas a cientos de miles de indecisos o abstencionistas electorales independentistas que aún están en la tesitura de decidir si vale la pena ir a votar en estas elecciones, ya que la gran mayoría de las encuestas están dando por ganados los comicios antes de celebrarse.

No solo ha sido el CIS el que este jueves ha optado por intervenir en la campaña. La Junta Electoral Central, de la que hacía días que no sabíamos nada, ha considerado que el tuit del Ministerio de Interior haciendo campaña por Illa es un acto consciente y voluntario, pero no será sancionado. Eso sí, le pide al ministro que no vuelva a utilizar las redes oficiales en una situación similar y... pelillos a la mar. La benevolencia con que la JEC actúa con los suyos contrasta con la actitud que tiene cuando encima de su mesa hay un caso que afecta al independentismo. No es nuevo, ya que se han visto en los últimos tiempos cosas mucho más escandalosas, de aquellas que en Europa, cuando llegan a alguno de sus tribunales, suelen poner los pelos de punta.

No debe ser lo mismo para la JEC mirar de adentrarse en un tema que afecta al ministro Marlaska que a otro expediente, por ejemplo, el del expresident Torra. La campaña cruza este viernes el Rubicón, se adentra en la última semana y hay mucho pescado por vender. Tanto que no sorprende que los cuarteles electorales de los partidos estén hechos un verdadero manojo de nervios.