La elaboración de las listas del espacio político que lidera el president Carles Puigdemont se ha convertido en una verdadera carrera de obstáculos, a la vista del pulso permanente de la dirección del PDeCAT, que desea un rol más activo y mayor presencia de sus afiliados en las listas. El partido que nació para sustituir a Convergència Democràtica vive una auténtica batalla campal entre los dirigentes más partidarios de entregar todo el poder a Puigdemont y los que protagonizan una defensa numantina de las viejas esencias convergentes y que a su vez están en contra de las posiciones independentistas más contundentes.

En este contexto, el PDeCAT no hace sino desangrarse internamente semana a semana mientras los cuchillos por hacerse con alguno de los cargos van de un lado a otro de las mesas de negociaciones. Este sábado se ha vivido uno de los últimos episodios con las confecciones de las listas al Congreso de los Diputados por las cuatro circunscripciones catalanas. No se cuestionaba tanto los cuatro cabezas de las candidaturas, que encabezan presos y exiliados ―Sànchez (Barcelona), Turull (Lleida), Rull (Tarragona) y Lluís Puig (Girona)―, sino los puestos efectivos de las listas.

En el caso de Barcelona, por ejemplo, el que los escaños a ocupar en la Carrera de San Jerónimo fueran Laura Borràs y Míriam Nogueras, solo la última militante del PDeCAT y además crítica con la dirección actual. Los dos nombres son muy próximos a Puigdemont y eso incomoda a dirigentes como Bonvehí, presidente del partido y que podría dimitir en breve. De los históricos de la organización posconvergente solo Ferran Bel en Tarragona tiene un puesto con opciones de salir escogido.

Este domingo, el consejo nacional mirará de cerrar la crisis abierta, pero ello no hará que se retiren los cuchillos de encima de la mesa. Los damnificados de las listas no parecen dispuestos a ello. Y en el horizonte, además, una obligada remodelación del Govern ya que al nombre de la consellera de Presidència, Elsa Artadi, para acompañar a Quim Forn en la batalla de Barcelona se ha añadido el de la consellera Borràs con destino a Madrid.

No le faltaba razón a Giulio Andreotti, quien fuera siete veces primer ministro de Italia, cuando decía que en la vida hay amigos íntimos, amigos conocidos, adversarios, enemigos, enemigos mortales y... compañeros de partido.