La elección de Pere Aragonès como coordinador nacional de Esquerra Republicana en la nueva dirección del partido propuesta por Oriol Junqueras ―en prisión provisional― y Marta Rovira ―exiliada en Ginebra― a los militantes este domingo, supone la total consolidación del vicepresident del Govern como el hombre llamado a encaramarse a las más altas responsabilidades institucionales del partido republicano. La meteórica carrera política de Aragonès, con tan solo 36 años y hasta hace dos concejal en Pineda de Mar, marca un relevo generacional en la gestión diaria de la organización y una apuesta decidida y desacomplejada por una línea política que, en palabras suyas, suponga que el independentismo supere el debate de la unilateralidad.

Aragonès tiene tres ases a jugar: es una persona de la máxima confianza de Junqueras, es un gestor bien considerado en el entramado empresarial de Barcelona y en las entidades financieras con las que mantiene un diálogo fluido y, finalmente, proviene de las juventudes del partido, de cuya organización fue incluso portavoz. Es, por tanto, un pata negra, lo que le blinda de algunas críticas internas que pudiera haber en un momento en que Esquerra ha hecho de su apertura a dirigentes de otras formaciones políticas uno de los puntales de su actuación.

Aunque la elección de este domingo no ha abordado la elección del candidato a la presidencia de la Generalitat, como es normal en vísperas de una sentencia en que el independentismo debe seguir propugnando la libertad de sus líderes injustamente en una larguísima prisión provisional, es obvio que Aragonès ha acabado de comprar alguno de los números que quizás no tenía. Su candidatura es la más clara, de hecho, la única que tendría lógica y consistencia, si Junqueras y Rovira no pudieran encabezar la lista.

Esquerra dispone de otros nombres, algunos quizás incluso con un mayor nivel de conocimiento o de popularidad por parte de la opinión publica. Pero también con más aristas y, sin duda, mucho más polémicos a la hora de una decisión tan compleja como depositar el voto en una elección de president de la Generalitat. En cualquier caso, los republicanos son actualmente una de las organizaciones con mayor cohesión en su dirección y parece difícil ―por no decir imposible― que una decisión impulsada por Junqueras pueda ser enmendada.

No hay fecha electoral en Catalunya, aunque todo apunta a que serán en el primer semestre del año próximo; demasiado tiempo con todas las incertidumbres políticas que hay en Catalunya. Esquerra ha hecho un movimiento acertado, mientras la otra gran formación política del independentismo sigue deshojando la margarita y el tiempo para ordenar su casa se va agotando.