La vida está llena de accidentes y de imprevistos, mucho más de lo que uno puede llegar a pensarse. Los jugadores del Barça salieron este jueves al Camp Nou después de una racha victoriosa a alcanzar finalmente el liderazgo de la liga y después de 90 minutos regresaron a los vestuarios cabizbajos y derrotados. Falló la estrategia, el entrenador y los jugadores. ¿Fue un accidente? Seguro, pero sus opciones para ganar el campeonato se redujeron mucho y ya no dependen de sus resultados. Los analistas dirán si especularon con una victoria que creían segura, si en la cancha no estaban los mejores...pero los tres puntos ya han volado.

No creo que acabe pasando esto con el gobierno independentista en Catalunya, pero no hay duda de que se está jugando con fuego. Desde el pasado 14 de febrero, tan pronto parece que se está cerca de cerrar un acuerdo como el mensaje que se envía es justamente el contrario, que el desacuerdo es alto y que las líneas rojas de unos y de otros se mantienen intactas. El 52% de los votos y los 74 escaños logrados —de los 135 que componen el Parlament— no han servido aún para materializar un pacto definitivo.

Se ha llegado prácticamente a un acuerdo respecto a lo que serían los programas temáticos de un gobierno y se ha trabajado a fondo área por área para acordar cuál sería el rumbo en cada materia durante la legislatura y subyacen viejos problemas como el encaje del Consell per la República y qué hacen Govern y partidos independentistas si se cumplen los dos años que se dan para ver el recorrido que tiene la mesa de diálogo con el Gobierno español. Dicho de otra manera: si el resultado es positivo, se celebra, pero si es negativo, ¿cómo se gestiona este fracaso? Y ahí siguen, encallados.

Mientras eso sucede y no se cierra el acuerdo —no se está ni mucho menos cerca— el escepticismo crece. Eso sí, aún desde un convencimiento de que va a haber finalmente acuerdo y que el escenario de las reuniones —también la cumbre de Lledoners— es de negociación y no de ruptura. La primera presentación de estructura de gobierno presentada por Esquerra el martes, de nuevas conselleries, com el refuerzo de Presidència y la desaparición de Polítiques Digitals, tendrá en breve una réplica por parte de Junts. Eso mientras espera recibir respuesta a las cuestiones políticas pendientes.

Ello mientras el reloj continúa corriendo y Esquerra ha situado el 1 de mayo como un día importante antes de plantearse otros escenarios que también pasarían por contar de una u otra manera con los diputados de Junts. Resumiendo: la partida sigue, los días se reducen —el 26 de mayo es la fecha límite— y el riesgo a un accidente sigue siendo una posibilidad.