El precio del alquiler por metro cuadrado en la ciudad de Barcelona se ha situado en 13,19 euros durante el primer semestre de 2018, cosa que supone un 2,91% menos que la media de 13,58 euros del último semestre del 2017, según datos de la Cámara de la Propiedad Urbana de Barcelona. Por otra parte, el precio de alquiler medio por un piso de 72 metros cuadrados fue de 907,35 euros al primer semestre de este año, un 1,21% más que en el último semestre del 2017, cuando fue de 896,49 euros.

Según la Cámara, esta cifra se explica por el incremento de la superficie media de los pisos alquilados que ha aumentado de 70,5 metros cuadrados a 72 metros cuadrados. Así se desprende de los datos de 26.653 nuevos contratos de alquiler en Barcelona registrados por el Incasòl entre enero y junio de 2018. De esta manera, después de la fuerte subida que experimentaron los alquiler al segundo semestre de 2017, las rentas se han mantenido estables durante el primer semestre del 2018, indica la Cámara.

Según la Cámara de la Propiedad Urbana de Barcelona, estos datos se pueden interpretar como "una normalización del mercado una vez las rentas han vuelto a los niveles anteriores a la crisis" y añade que "se tiene que acordar de que a partir del año 2008 los alquileres sufrieron una fuerte bajada resultado de la fuerte recesión económica y a partir del 2014 se han ido recuperando fruto de la reactivación económica y el incremento de la demanda". La Cámara también añade que "el actual nivel de renta parece que puede definir el nivel de un mercado estable".

Con respecto a la oferta, y según datos oficiales del Incasòl, durante el primer semestre del 2018 se han firmado 26.653 nuevos contratos de alquiler en Barcelona y han sido 25.110 los contratos finalizados, hecho que supone la incorporación de 1.543 nuevas viviendas en el parque de alquiler de la capital catalana. Este dato es inferior a la del primero y segundo semestre del 2017 en que se incorporaron 3.468 y 3.427 nuevas viviendas en el parque de alquiler de Barcelona, respectivamente. En este sentido, la Cámara apunta a los efectos que la presión sobre la propiedad como el control de rentas o las okupaciones puede comportar sobre la oferta de nuevas viviendas de alquiler.