Las medidas del gobierno de Pedro Sánchez son efectivas si entramos en la comparativa de los países vecinos, pero ineficientes para detener una escalada de precios sin precedentes que todavía no ha conocido su límite. Así pues, el precio de los carburantes han cerrado este último mes de agosto al alza y marcan el récord del verano más caro de la historia en el Estado español. A grandes términos, llenar un depósito medio de 55 litros con gasolina cuesta 88 euros, delante de los 93 euros del gasóleo, que se traduce en pagar cerca de 10 euros más que hace un año en el caso de la gasolina, y 24 euros si se escoge gasóleo.

¿Es eficiente el descuento de 20 céntimos?

Estos datos los ha publicado hoy el Boletín Petrolero de la Unión Europea, encargado de recoger el precio medio registrado en más de 11.400 estaciones de servicio españolas entre el 23 y el 29 de agosto, cuando la gasolina se vendía en España a una media de 1,594 euros el litro, mientras que el gasóleo lo hacía a 1,682 euros. ¿Así pues, cómo afecta al descuento de 20 céntimos propuesto por Sánchez ahora hace cinco meses? En comparación con los precios que marcaban los dos carburantes a principios del verano, los españoles pagaron durante la última semana cerca de 19 euros menos al proveer gasolina, y casi 10 euros menos en el caso del gasóleo.

Aunque hace falta tener en cuenta que no sólo se beneficiaron los españoles de este descuento, sino todos los turistas que han viajado hasta aquí o, incluso, portugueses y franceses al lado de la frontera que, si hacían números, también les salía más a cuenta ir y volver. La contrapartida es que el Estado ha recaudado los impuestos de un producto, el carburante, que es uno de los que tienen más carga fiscal: en total, hasta un 52% en el caso de la gasolina y un 48% en el caso del litro del gasóleo.

Sin embargo, los precios sin el descuento del Gobierno serían todavía más elevados -1,794 euros la gasolina y 1,882 el gasóleo-, por lo cual esta bonificación permite a los consumidores ahorrarse en torno a 11 euros al llenar el depósito, tanto si utilizan gasolina como si optan por gasóleo. Además, los precios actuales siguen siendo más bajos que los que marcaban por término medio las estaciones de servicio españolas a finales de marzo, cuando se aprobó la bonificación y los precios se empezaron a disparar hasta superar los 2 euros por litro, siempre sin incluir el descuento.

Récords desde el 2012

El precedente de esta subida lo encontramos hace diez años: en agosto del 2012, cuando el litro de gasolina costaba 1,522 euros, y el de gasóleo 1,445 euros, un 5% y un 15% menos, respectivamente, que los valores actuales. Curiosamente, los precios de aquella semana del 2012 han sido los máximos históricos de la gasolina y el gasóleo hasta este año, cuando la recuperación de la movilidad después de la pandemia primero, y la invasión rusa de Ucrania después, ha llevado los carburantes a marcar precios históricamente elevados.

Comparativa con la UE

Si ampliamos la mirada, la bonificación aprobada sitúan el precio por debajo de la media europea -1,782 euros la gasolina y 1,911 euros el gasóleo. Así, la gasolina más cara de la UE se encuentra actualmente en Finlandia (2,122 euros) y Dinamarca (2,116 euros), mientras que el gasóleo con el precio más alto está también en los países nórdicos, concretamente en Suecia (2,429 euros) y, nuevamente, en Dinamarca (2,147 euros). Por el contrario, los precios más bajos de la gasolina en el continente se registran en Hungría (1,284 euros) y Malta (1,34 euros), y los del gasóleo los marcan nuevamente Malta (1,21 euros) y Polonia (1,604 euros).

Mesa|Tabla carburantes
Mesa carburantes

En comparación con los países del entorno, los precios medios de la gasolina y el gasóleo en España presentan los valores más bajos, superada por Alemania, donde la gasolina se paga en 1,836 euros y el gasóleo a 2,077 euros, Francia (1,779 y 1,948) euros, respectivamente), Italia (1,761 y 1,808 euros) y Portugal (1,781 y 1,865 euros).