La portada del día es de Ara, que ayer adelantó la noticia del día: Caixabank y Bankia quieren fusionarse y constituir el primer banco del Estado español. La noticia saltó ayer cerca de las once de la noche y las primeras ediciones de la prensa impresa ya iban camino de la rotativa. La Vanguardia se espabiló para darlo en primera.

Para los diarios de Barcelona, el día venía cargado y tenían la portada hecha desde el mediodía, con la crisis del Govern y el relevo de tres consellers tres. Nótese que ningún diario, sin embargo, se ha dejado deslumbrar por el cese de Miquel Buch en Interior y todos titulan por lo que les parece el motivo real de la remodelación ejecutada por el president Quim Torra: dejar al PDeCAT sin representación en el Govern, en el bien entendido de que se compromete a convocar las elecciones cuanto más tarde mejor y ganar tiempo para que Junts, el partido político del president Carles Puigdemont, se organice.

Que diarios adultos que las han visto (y se las han tragado) de todos colores, como La Vanguardia, El Periódico, El Mundo y El País titulen con "Torra purga" o "Torra echa", haciéndose los escandalizados, quizás no se explique tanto por su voluntad informativa/interpretativa sino por su afán de que la crisis te entre por el ojo izquierdo. Es la política, señoras y señores, cuando menos la que se hace por estos pagos, la que los mismos diarios, hoy tan indignados, han dejado pasar —cuando no han contribuido— por las buenas o las malas desde hace al menos una década. Hacerse ahora el ofendido y y enfurruñarse por estas maniobras, con la que ha caído y cae desde la imposición del 155, es de un tartufismo que quizás podrían ahorrártelo. Lágrimas de cocodrilo.

La fusión bancaria adelantada por Ara parece que no será la última. De momento, se sabe que el nuevo banco (¿Bankaixa? ¿Caixabankia?) que nacerá de esta tendrá la sede en Valencia, a donde Caixabank se marchó a raíz del referéndum del 1-O. Allí también tiene su sede Bankia, que viene de la fusión con Bancaixa, entre otros, en aquella confusión pensada para salvar a CajaMadrid cuando Rodrigo Rato era su presidente —ahora está en la cárcel—, y de la que se ocupa la Audiencia Nacional desde hace años, después de que el Estado inyectara 24.000 millones de euros, de los cuales sólo ha recuperado 3.000. La Fundación Bancaria La Caixa tendría un 30% del nuevo banco y el Estado español entre un 14% y un 20%. El presidente no ejecutivo de la cosa sería el actual presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, y el primer ejecutivo el CEO de Caixabank, Gonzalo Gortázar.

En fin, oficialmente, Caixabank podrá dejar de referenciarse como "el banco catalán", cosa que tiene la importancia y las consecuencias que quieras darle. En La Vanguardia, por ejemplo, lo llaman "el primer banco español", que queda de lo más llamativo. Si no te consuelas es porque no quieres.

De las crónicas de urgencia publicadas anoche parece especialmente interesante un hecho que no se destaca mucho. La fusión permitiría al Estado español recuperar otra parte de esos 24.000 millones del rescate. El cataclismo de Bankia es la peor crisis bancaria de la España contemporánea y aquellos millones suponen cerca del 40% del total empleado en salvar a la banca española de la intoxicación inmobiliaria, la madre del cordero de la Gran Recesión de 2007-08. Es decir, que Caixabank se hará cargo de la factura de Bankia con el Estado, como el BBVA de las cajas que engulló y el Santander, ídem, además del Popular. Gracias, majos.

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