"Nadie que quiere gestionar adecuadamente apela al referéndum" ha asegurado el exministro del PP y empresario, Josep Piqué, en el acto "la Excelencia en el Consejo de Administración" organizado por ABE. Al comienzo de su ponencia anticipaba que se iba a meter en un lió pero que ya estaba acostumbrando, por lo que sin ningún tipo de reparo, ha hablado de los déficits de buena gobernanza. Tanto en los consejos de administración de las empresas como en las instituciones y los partidos políticos. 

 Más concretamente, Piqué se ha preguntado: ¿Por qué dedicarse a la política es una cuestión tan desprestigiada? Y tras argumentar que se han perdido las normas "básicas y elementales" de gobernanza, lo que implica leyes electorales, financiación de partidos o tentativas de populismo, Piqué ha hecho referencia al referéndum o consultas amplias.

Por aquel entonces aseguraba estar ya metido de lleno en el fango, por lo que acto seguido, todavía en medio de su auge discursivo, el exministro del PP ha apelado a Voltaire y a la división de poderes poniendo como primer ejemplo al de la justicia. "Es difícil pedir ejemplaridad y transparencia cuando las dudas repercuten en una pérdida clarísima de claridad del sistema democrático", ha añadido.

Una situación dramática de desprestigio político

Piqué ha sacado durante el acto por la excelencia en la Bolsa de Barcelona gran parte de su juego político. Y es que al poco de empezar a hablar ya ha asegurado que vivimos "una situación dramática de desprestigio político". A lo que todavía ha añadido: " Es un cáncer que afecta enormemente la relación que tiene que haber entre ciudadanos y las Instituciones donde las posturas populistas tienen su caldo de cultivo."

Tampoco ha dudado en ofrecer soluciones al gris diagnóstico. A caballo entre la política y la economía, ha apostado por los checks and balances. O lo que es lo mismo, controles y contrapesos para que nadie pueda tomar una decisión por su cuenta sin que se le pidan responsabilidades. Y a pesar de que "estamos todavía muy faltos de cultura anglosajona", el también expresident del Cercle de Economia ha anticipado que "las leyes van a ir en esa dirección."

El caso Palau como paradigma

Todavía en el fango del déficit de gobernanza, Piqué ha puesto el caso Palau como "un ejemplo paradigmático". Es decir, "una ausencia total de cualquier registro de buena gobernanza". Y en este sentido, lo ha resumido como unos señores que actúan sin criterio ni control de su gestión. Como aquel que se siente tan poco controlado que cae en la tentación de la tentación de forma "imparable". Pero más allá de un caso aislado, ha alertado que "esto afecta a muchas de las fundaciones que hay en nuestro país."

Según Piqué, "la corrupción es producto de gente pero también de una mala gobernanza". Volvemos a la misma solución de antes: más cultura anglosajona y de nuevo, checks and balancers. Al fin y al cabo, se trata de ofrecer soluciones complejas a problemas complejos. De lo contrario, "ofrecer soluciones sencillas a problemas complejos se llama populismo y lo estamos viendo en Estados Unidos". 

Y por si tan solo Donald Trump se pudiera dar por aludido, el exministro del PP todavía ha lanzado un mensaje más: "He oído algún líder político alardear que no tienen sustitutos en las instituciones y en su partido. Mal signo".