Los rebrotes en el Estado y las nuevas restricciones impuestas en otros países del extranjero están condenando al sector turístico en plena temporada alta. Según datos de la plataforma TravelgateX, por cada reserva se producen 161 cancelaciones, una cifra "sin precedentes" y que deja prácticamente vacíos los hoteles.

Según datos del Gremio de Hoteles de Barcelona, menos del 30% de los negocios están abiertos, mientras que la ocupación en aquellos que mantienen la actividad se sitúa en torno al 10%. Desde la asociación apuntan que las cancelaciones durante los primeros días de agosto se han reducido, pero porque el número de reservas ha caído drásticamente. "En julio hubo muchas cancelaciones", apunta al director general del gremio, Manel Casals.

La mayoría de las cancelaciones responden a las recomendaciones o directamente a las restricciones que han impuesto varios países europeos delante de los rebrotes que ha habido en varios puntos de España durante las últimas semanas. Sea por medidas como la cuarentena obligatoria o la suspensión de conexiones aéreas, los incentivos para visitar el Estado son más bien pocos.

Alemania y Reino Unido

Desde el Gremio de Hoteles de Barcelona señalan que buena parte de las cancelaciones son de clientes provenientes de Alemania o el Reino Unido, países que exigen una cuarentena preventiva y que acostumbran a, en circunstancias habituales, aportan grandes ingresos en el sector turístico español. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el Reino Unido y Alemania fueron los dos principales mercados emisores de turistas el año 2019, con 18 millones y 11,1 millones de visitantes, respectivamente. En Catalunya, el año 2019 llegaron 1,4 millones de alemanes (un 7,4% de los turistas extranjeros) y dos millones de británicos (un 10,4% sobre el total).

En modo supervivencia

La situación actual deja en una situación especialmente comprometida en los hoteles, que no disponen de herramientas para generar ingresos a pesar de las cancelaciones. "La situación nos ha llevado a ser todavía más flexibles con respecto a la política de reservas; si no, no vendría nadie", comenta el director general del Gremio de Hoteles de Barcelona.

Ante esta situación, se repite la frase que algunas voces ya pronunciaban durante los meses de confinamiento. "Damos el verano por perdido", dice Casales, quien añade que el escenario es "muy complejo" y que el sector vive con la incertidumbre de saber cuando se reactivará la actividad. "No somos capaces de ver cuándo se puede producir", comenta.

"Ahora mismo el sector está en modo supervivencia, con respiración asistida y con una máquina que falla", ejemplariza Díaz. Según este profesor, la crisis será especialmente dura por los negocios de categoría intermedia y baja, que tienen menos margen para tirar políticas de precios atractivas. "Los hoteles de alta categoría pueden trasladar los costes a su cliente, ya que está más predispuesto a pagar un poco más a cambio de seguridad; en los otros les será más difícil salvar la temporada", concluye.