Los billetes de 500 se han convertido en el blanco de la última política que se pide impulsar desde la Unión Europea para combatir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Los Veinte han emplazado este viernes al Banco Central Europeo (BCE), de quien depende decidir sobre la moneda, que examine esta posibilidad.

El objetivo es que durante estos meses que vienen, con fecha límite en el 1 de mayo, la entidad trabaje de la mano de la Comisión Europea y de Europol para entregar un informe sobre el uso de este tipo de billetes y para explorar la necesidad de restringir los pagos en metálico. También se quiere el visto bueno a reforzar el control de métodos anónimos de pago, como tarjetas de prepago y bitcoins, y estrechar el control sobre las cuentas bancarias.

Un tercio del total

Actualmente, un tercio del total de billetes que circulan en la Unión son de 500 euros. Según datos de 2015 del Banco de España, en el Estado hay hasta 69,3 millones de ejemplares, que equivale a un total de 34.654 millones de euros.

Que se utilicen con fines ilícitos es la principal preocupación. "Hay riesgos de que sean utilizados fácilmente para financiar el terrorismo", ha señalado el presidente de turno de la UE, Jeroen Dijsselbloem, al llegar a la reunión del Ecofin. "Analicemoslo con cautela", ha pedido el comisario de Estabilidad Financiera, Jonathan Hill, porque permiten "transferir importantes cantidades de dinero sin dejar rastro en el sistema financiero".

Sin embargo, no hay unanimidad. El ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, se ha encargado de apuntarlo. "Hay países acostumbrados a realizar grandes pagos con dinero en efectivo", ha dicho en referencia a Alemania, recalcando, sin embargo, que debe haber una misma legislación a escala comunitaria para que "los terroristas no se aprovechen de los vacíos legales ".

Medida "sin efectos"

"La retirada de los billetes de 500 no afectaría a la actividad económica", ha defendido el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos. Incluso cree que "tenemos que ir más allá", incidiendo en el control de transacciones y pagos en caja con dinero en efectivo.

En general, para el ministro "los inconvenientes superan a las teóricas ventajas" que supone utilizarlos, y cree que ayudaría a evidenciar la lucha que se está haciendo desde la UE para combatir el terrorismo y sus fuentes de financiación.