La política no se detiene y la economía tampoco, o sí. El Índice de Precios al Consumo (IPC) ha elevado este viernes tres décimas su tasa interanual de crecimiento hasta el 0,0% a causa de la evolución de los precios de los carburantes y combustibles (-2,8%), de los alimentos (1,8%) y de la vivienda (-2,3%). Un año después, los precios se mantienen iguales y eso suele ser una arma de doble filo. El ministro en funciones de Economía y Finanzas, Luis de Guindos, asegura que los datos del IPC suponen “buenas noticias” ya que “incrementa la renta disponible de las familias y mejora la competitividad”. Podemos consumir e invertir más, o almenos eso es lo que nos quieren hacer creer.

La riqueza financiera neta de las familias españolas ha alcanzado los 1.218.513 millones durante el tercer trimestre del 2015, lo que supone una caída del 2% respecto al trimestre precedente y aumenta un 0,97% su tasa interanual.

No obstante, este dato ha disminuido considerablemente en cuanto al crecimiento interanual del año pasado, que alcanzó el 13,1% en su primer trimestre y 3,1% durante el segundo. La riqueza de las familias se mantiene por encima de los niveles previos a la crisis económica y eso implica que las familias se vuelven a endeudar muy progresivamente después de aprovechar los años más duros de la crisis para elevar su riqueza.

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) prevé que la inflación se mantenga “nula o ligeramente negativa” en la media del 2016. Todo ello condicionado al comportamiento del precio del petróleo que “de mantenerse en los niveles actuales podría devolver la inflación a tasas negativas”, aunque sólo sea durante la primera mitad del año.