El Ibex 35 ha abierto la sesión con una subida del 0,14%, espejismo esperanzador que rápidamente ha vuelto a la realidad a media sesión con una caída del 0,36% hasta perder la cota psicológica de los 8.100 puntos arrastrado por las dudas y la incertidumbre tras un 'lunes negro' en el que se desplomó un 4,4%, la mayor caída desde agosto y reencontrándose con un nivel desconocido desde julio de 2013. El miedo se apoderó de nuevo en las bolsas con vistas al frenazo de la economía mundial liderado por la desaceleración de China y la inestabilidad de los precios del petróleo. Cuando algo cae tan abajo, solo puede subir o seguir cayendo.

La prima de riesgo

En el mercado de deuda, la prima de riesgo ofrecida a los inversores por los bonos españoles con vencimiento a diez años, en relación con sus homólogos alemanes, se situaba previamente a la apertura de los mercados europeos por encima de los 160 puntos básicos, en máximos de julio del 2015, pero se ha ido suavizando a lo largo de la sesión hasta alcanzar los 150 puntos. La prima de riesgo ha subido como respuesta a la caída de la rentabilidad ofrecida por la deuda alemana a diez años, pero vuelve a la normalidad.

Los vientos extranjeros

Pendiente de la reunión de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, la sesión parece tener poco a lo que aferrarse y los vientos extranjeros tampoco ayudan. El Nikkei de la bolsa de Tokio ha cerrado la sesión con una caída del 5,40% marcada por la dinámica de caída generalizada de las grandes plazas mundiales, así como la bajada del precio del crudo y el fortalecimiento del yen, mientras que Wall Street descendía también un 1,10%. Shanghái, Shenzen y Hong Kong han dado un respiro al permancer cerradas por la celebración del Nuevo Año en China.

Las crisis de las bolsas extranjeras y el miedo a la nueva recesión mundial están afectando, y mucho, a la bolsa española, que vuelve a entrar en una espiral de caída mientras sigue sin pacto de gobierno.