Guerra (re)abierta entre Foment del Treball y Cecot. El próximo lunes, los órganos de gobierno de Foment, presidido por Joaquim Gay de Montellà, votarán la expulsion de la Cecot, la patronal con sede en Terrassa, ya que consideran que ha traspasado sus competencias más allá del Vallès. El punto álgido del conflicto se originó el 19 de octubre de 2015 cuando el problema, además de ser de ámbito político en clave de procés sobiranista, se convirtió también en un asunto de competencias territoriales.

Para acabar de reanimar el fuego del conflicto, el presidente de Cecot, Antoni Abad i Pous, ha anunciado este miércoles su candidatura a la presidencia de Foment. Aunque todavía faltan dos años para la celebración de elecciones, la decisión de Abad ya ha recibido el apoyo unánime de la junta directiva de la patronal vallesana con sede en Terrassa y previamente, de su comité ejecutivo. No se descarta que esta sea una maniobra de Abad para presionar a la dirección de Foment y disuadir su intento de expulsar a la Cecot. 

El objetivo de esta candidatura es reforzar y potenciar Foment del Treball con el fin de "recuperar el papel central que le corresponde en el debate público" en materia económica y empresarial y hacerla "realmente representativa de todo el empresariado catalán". "En estos momentos las empresas asistimos como 'espectadores de lujo' a debates públicos capitales", ha reivindicado Abad, que ya lleva 12 años al frente de la Cecot, y que considera prioritario que la patronal presidida por Gay de Montellà recupere el liderazgo social. A modo de ejemplo, ha hecho referencia a temas como la fiscalidad empresarial, la colaboración administración-empresa, la carencia de inversiones en infraestructuras productivas, la política industrial, el debate energético o la formación profesional, entre otros.

Plantear debates "muy incómodos"

A pesar de que el presidente de Cecot es consciente de que algunos de estos debates pueden resultar "muy incómodos", su portura pasa por dejar de lado la inacción e impulsar proactivamente una "voz alta y clara". Dicho de otro modo, se trata de superar la visión del conflicto y liderar la investigación de soluciones haciendo partícipes a todos los "interlocutores sociales que puedan estar afectados".

En este sentido, también ha remarcado que "Catalunya tiene una dilatada y arraigada tradición asociacionista que proviene de la edad media y que se sigue proyectando, con más dinamismo que nunca, en pleno siglo XXI. Esta riqueza no puede ser desaprovechada". Una riqueza que también pasa por promover una estructura horizontal y en red en la "casa de todos" de Foment del Treball. 

El conflicto entre Abad y Gay de Montellà

El distanciamiento entre Foment y Cecot ha ido muy ligado a la evolución del procés sobiranista. Por un lado, Gay de Montellà asegura que "el procés independentista ha ahogado el catalanismo" o que el gran reto de España es "recuperar Catalunya". Por el otro, Abad ha defendido por activa y por pasiva el derecho a decidir de Catalunya asegurando que "necesitamos menos Estado y más sociedad" y reprochando que "cuando la ley es excusa para no dialogar, quiere decir que no se respetan ni la democracia ni los ciudadanos".

A todo ello, conviene recordar que Cecot celebró el pasado 20 de octubre la Nit de l'Empresari en Barcelona, un acto que tradicionalmente se celebraba en Terrassa y que este año, se ha convertido espontáneamente en un homenaje público con una sonora ovación de los asistentes a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Premiar las mejores iniciativas empresariales en la capital catalana es anecdótico para unos i muy simbólico para otros, pero en cualquier caso reafirma por tercer año consecutivo la voluntad de la patronal vallesana de ser mucho más que una organización subordinada a Foment.