El plan de recuperación presentado por el Gobierno promete grandísimas inversiones en muchos ámbitos de la economía y se propone, así, que España salga de la crisis económica provocada por la pandemia de la Covid. Ahora bien, el plan tiene varias carencias y dificultades a la hora de repartir los más de 49.000 millones que pretende invertir a la economía en los próximos años, según apunta un informe de EsadeEcPol.

Según el informe el plan de Pedro Sánchez tiene dos grandes carencias, la falta de concreción en áreas clave, como las pensiones, el mercado laboral, la administración pública, la fiscalidad verde o el mercado interior, y la falta de ambición en el campo del capital humano, desde la educación no universitaria hasta la poca ejecución del presupuesto en I+D.

Hay que remarcar que la modernización de la administración pública aglutinará un total de 4.315 millones de euros e incluirá la digitalización y el refuerzo de la evaluación de las políticas públicas y ayudará a reducir la temporalidad. Concretamente Sánchez aseguró que esta inversión supondrá "una auténtica revolución" con respecto a la relación entre la ciudadanía y la administración, ahora bien, como señala el estudio, no se ha detallado bastante qué implicará realmente. La educación y el I+D, por su parte recibirán una inversión menor, de 3.380 millones de euros, a través del sistema nacional de la ciencia y la innovación.

Además, el informe también detecta dos grandes problemas a la hora de ejecutar todo el plan, que movilizará más de 49.710 millones de euros en los próximos años. El primer problema es "la excesiva opacidad" de los procesos de selección de los proyectos e inversiones donde se destinarán los fondos, que podría resultar favorable a los actores consolidados del mercado y no a los más innovadores. El segundo gran problema que se detecta es una "insuficiente compromiso" con la cultura de la evaluación y la rendición de cuentas.

Finalmente, también se detecta que una de las principales dificultades por implementar todo el conjunto del plan será "la asunción compartida de responsabilidades" por parte de los diferentes actores que tienen que participar en la ejecución, ya que no se ha implicado bastante en las autonomías, los ayuntamientos o los representantes de la sociedad civil.

A pesar de estas carencias y debilidades del plan presentado por Sánchez, también hay que apuntar que tiene aspectos positivos y el informe destaca tres. En primer lugar el acierto en el diagnóstico de los males de la economía española, en segundo lugar la adecuación de las prioridades establecidas por Bruselas y por último la desaparición de algunas reformas, como la laboral o la de las pensiones, que han sido muy cuestionadas en los últimos años en España.