El Banco Central Europeo (BCE) prevé que el PIB de la eurozona caiga entre un 5% y un 12% este año 2020 por el coronavirus. Después de la reunión del Consejo de Gobierno de la institución, su presidenta, Christine Lagarde, ha asegurado que esta es la previsión que tienen sobre la mesa, pero ha avisado de que la profundidad y la duración de la crisis es "difícil de predecir" porque dependerá de la duración de las medidas restrictivas para contener la expansión del virus y de "el éxito" de las políticas económicas que se apliquen para paliar los efectos de la crisis. Por otra parte, Lagarde ha dicho que la "velocidad" y la "magnitud" de la recuperación económica es todavía "incierta".

"Las cifras duras sólo han empezado a llegar", ha avisado. En este sentido, ha adelantado que sus previsiones para el segundo trimestre del 2020 indican una caída del 15% de la economía de la Eurozona.

Lagarde ha reconocido que los últimos indicadores muestran una "bajada sin precedentes" con una "contracción significativa" de la economía del euro y "un rápido deterioro de los mercados de trabajo". "Estamos afrontando una contracción económica de una magnitud y rapidez sin precedentes en la historia", ha remarcado. En este sentido, ha recordado que la crisis está tocando prácticamente a todos los sectores de la economía.

Inflación próxima al 0%

La inflación ha vuelto a caer este mes de abril hasta un 0,4%. El BCE prevé que el nivel de precios se reduzca "considerablemente" en los próximos meses. "Se prevé que la fuerte caída de la actividad económica comporte efectos negativos sobre la inflación subyacente", ha dicho Lagarde.

Sin embargo, ha recordado que hay una "gran incertidumbre" y es difícil pronosticar la evolución de la inflación porque, por ejemplo, los efectos sobre los precios de una caída de la demanda se podrían compensar parcialmente por "las interrupciones del suministro".

Una vez más, Lagarde ha reiterado que es "vital" un paquete de medidas fiscales y ambiciosas por parte de los gobiernos europeos y de la UE que complemente su política monetaria. Así, el BCE ha exigido "más esfuerzos fuertes y oportunos" en política fiscal "por preparar y dar apoyo a la recuperación".