"Catalunya tiene activos suficientes para adaptarse al nuevo orden económico mundial", ha asegurado el decano del Col·legi d'Economistes de Catalunya, Joan B. Casas, durante la presentación de la Jornada de los Economistas 2016 que tendrá lugar el próximo viernes y que tratará sobre la geopolítica y geoeconomía como orden económico "cambiante".

En este sentido y en nombre del organismo que representa, Casas ha pedido a través de la nota de opinión que la economía catalana siga trabajando por "una transformación estratégica y urgente" encaminada hacia "un crecimiento sostenido, integrador y vertebrado" en base a "una hoja de ruta ordenada, compartida y socialmente sólida, alineada con Europa". Repitamos: transformación, crecimiento y hoja de ruta como planteamiento darwiniano.

Un handicap en mayúsculas

Aunque Catalunya ha demostrado históricamente capacidad de cambio y adaptación ante las transformaciones del contexto internacional, hoy por hoy cuenta con "un gran handicap": las limitaciones de política presupuestaria, fiscal y territorial. O lo que es lo mismo, "las políticas en mayúsculas".

Tampoco lo pone nada fácil el hecho de que el presupuesto de la Generalitat esté "muy condicionado por el modelo de financiación". No hay capacidad "real" para incidir en los ingresos, los gastos, el déficit y el endeudamiento. Sin capacidad de gestión y con control desde Madrid.

"Los retos que tenemos son de una envergadura enorme", ha advertido Casas. De momento, Catalunya está experimentando "un cambio estructural profundo" que afecta al modelo productivo, social y político cada vez un poco más lejos de la crisis económica. A su vez, Catalunya se encuentra en "un proceso externo" de la globalización que no domina pero que sí le afecta y en la medida de lo posible, también participa. 

Activos para afrontar un cambio profundo

No hay reto sin voluntad. A pesar de las limitaciones políticas, los economistas del Col·legi confían en que Catalunya pueda adaptarse a la globalización y al nuevo orden mundial. Ya lo ha logrado históricamente con las Revoluciones Industriales. Ahora, además, cuenta con grandes activos para promover su instinto de supervivencia y esto pasa por potenciar la industria, la apertura al exterior, los factores de productividad y competitividad, una cultura abierta y flexible o la excelencia empresarial, entre otros. Y a su vez, definir e implementar un modelo de infraestructuras integrado. 

Sin embargo, todo ello sirve de poco si no se trasladan las transformaciones globales y el crecimiento de la economía a la sociedad y a las familias. Cuando el progreso y el desarrollo económico suponen nuevos puestos de trabajo de calidad, niveles de renta más altos, menos desigualdades sociales, más cohesión o más inversión en educación. "Hay que hacer las preguntas adecuadas" ya que "es muy difícil saber si el viento es favorable si no sabes donde vas", ha sentenciado Casas.