A cinco días de las elecciones municipales, la Cambra de Comerç de Barcelona pone en entredicho la gestión que el Ayuntamiento de Ada Colau está haciendo en términos de movilidad, lamentando que "no está afrontando de manera realista el uso del vehículo privado" a la ciudad. En rueda de prensa, el presidente saliente de la Cámara, Miquel Valls, ha explicado que el Ayuntamiento plantea "objetivos de reparto modal inalcanzables con los medios que se están dedicando" en la reducción del vehículo privado en el interior de la ciudad.

En este sentido, dice que el objetivo del Plan de Movilidad Urbana 2016-2024 vuelve a ser reducir en un 21% el número de viajes en vehículo privado después de que ya lo fuera también para el periodo 2011-2018 y que entre el 2011 y el 2016 en lugar de disminuir, su uso ha aumentado un 0,3%. Con todo, ha emplazado al consistorio a "abordar actuaciones estructurales", como la ampliación de la capacidad del transporte público dentro de la ciudad. "Eso quiere decir proyectos ambiciosos, recursos económicos y mecanismos estables de financiación", ha añadido Valls, que ha añadido que "no es suficiente con mecanismos de gestión".

Deberes pendientes

En el marco de la presentación del informe de balance sobre el presente y futuro de la movilidad en Barcelona, Miquel Valls ha puesto deberes a las instituciones titulares de las infraestructuras necesarias, y ha situado el tramo central de la línea 9 como "la actuación pendiente con un mayor potencial de ampliación de la demanda".

Al mismo tiempo, ha recordado que tiene la financiación del Banco Europeo de Inversiones con un crédito de 750 millones de euros pero que no se ha materializado a la espera de que haya presupuestos a la Generalitat. Junto con la línea 9, Valls ha propuesto combinar con la renovación y automatización de la línea 1 y reforzar los servicios en una "línea circular virtual" al unirse las dos líneas a través de La Sagrera y la Torrassa.

Barcelona, ciudad "inacabada"

La Cámara ha puesto énfasis en la necesidad "de acabar la ciudad", asegurando que el modelo Barcelona "se basa en la transformación continua de la ciudad en beneficio de su gente" y por lo tanto "la gestión de la movilidad está en el centro de todas las estrategias de crecimiento sostenible".

En este sentido, pues, la institución considera que el Ayuntamiento de Barcelona "tiene que liderar la cooperación entre las administraciones y promover el diálogo con la sociedad civil y el sector privado". Al mismo tiempo, añade que será, pues, "el nivel de compromiso del Ayuntamiento" barcelonés el que "determinará el ritmo de desarrollo de las nuevas centralidades urbanas, como en el caso de los ámbitos de Glòries y la Sagrera".