Esta tarde del jueves, los consejos de administración de CaixaBank y Bankia han aprobado su fusión para crear la mayor entidad bancaria en España, con más de 620.000 millones en activos —por delante de Santander y BBVA. El gigante bancario tendrá una cuota del 31% en crédito y del 28,4% en depósitos, además del 33% del negocio de pensiones y seguros y el 25% de los fondos de inversión. Asimismo, se convierte en el décimo banco de Europa.

La operación se desbloqueó después de que el BCE autorizara a La Caixa a elevar su peso en CaixaBank desde el 40% al 41% temporalmente. De esta forma, conservaría al menos un 30% del futuro banco, el límite para obtener ventajas fiscales. 

Los consejeros darán los detalles este viernes en la presentación oficial que se realizará en el País Valencià. Ambos bancos tendrán que revelar varios temas: la ecuación de canje —que determinará el precio de la operación—; la constitución del nuevo consejo de administración de la entidad, que contará con 15 puestos; la cifra de sucursales que cerrarán; y la consiguiente reducción de plantilla.

Se cerrarán unas 1.500 sucursales 

El tema central de los dos equipos negociadores —encabezados por el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, y el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri— ha sido durante las últimas semanas el acuerdo del precio de la operación. Esto significa cuántas acciones de CaixaBank recibirán los accionistas de Bankia. De esa cifra saldrá la participación de cada banco en la nueva entidad financiera. Sobre esto, algunas fuentes apuntan que Bankia obtendrá una participación en torno al 25% y la actual CaixaBank en torno al 75%.

El BCE lleva tiempo pidiendo más consolidación en el sector bancario europeo para ahorrar costes y mejorar la rentabilidad. De hecho, tras la pandemia, el BCE ya relajó las reglas para las fusiones y ahora facilita los ajustes de plantilla y oficinas necesarios para extraer sinergias. Las dos entidades planean cerrar unas 1.500 sucursales, lo que implicaría recortar 8.000 empleos. El nuevo banco mantendrá el nombre y la imagen corporativa de CaixaBank y tendrá su sede social en el País Valencià.

 

Imagen principal: Oficinas de CaixaBank. Foto: Europa Press