El terrible atentado en Niza ha removido la sensibilidad y el corazón de mucha gente, pero en las bolsas, muy moderadamente. El Ibex está cayendo un 0,90%, la bolsa de Bruselas un 0,55% a pesar de ser una ciudad que sufrió un atentado similar hace unos meses mientras el CAC 40 –el más sensibilizado– retrocede un 0,77%. Esta falta de reacción responde a una estrategia de las bolsas de no hacer el juego a los terroristas y a sus equipos financieros que, conociendo previamente el daño que van a causar, se colocan a la baja a la espera de lograr beneficios. 

La cuestión es si esta estrategia o línea de actuación podrá mantenerse en el futuro. Es dudoso. El Washington Post informaba el miércoles que Daesh prepara a sus leales para una caída del Califato. Los avances de sus enemigos (tropas de Irak apoyadas por Rusia, ejército curdo junto a los bombardeos de Estados Unidos) van tomando posiciones claves para el Estado Islámico. Ha caído Faluya, una ciudad estratégica para ellos y Mosul, su capital, está sufriendo ya incursiones en sus inmediaciones.

Todo ello está obligando a los estrategas de Daesh a alterar su plan de ataque y de ahora en adelante, se orientarán a golpes en Oriente Próximo y Europa, principalmente. Y es que Europa es ahora más objetivo que antes de atentados terroristas siendo Francia el principal objetivo a causa de la guerra de Argelia, que causó 500.000 muertos, pero estando el resto de la UE igualmente en peligro en tanto que la llegada de refugiados ha sido filtrada por miembros del Estado Islámico. 

Hechos imprevistos, acontecimientos impensables 

Nos encontramos, por tanto, ante una situación de hechos imprevistos. Vivimos en un mundo de multiplicación de acontecimientos impensables, algo a lo que se debe dar mucha más importancia según Ray Dalio, gran economista y cerebro de los headhunters. La fórmula hasta ahora utilizada de calcular los daños causados por los atentados o por los efectos que puede tener sobre determinados sectores afectados por los atentados (en el caso de Niza, el sector aéreo y el turismo en general) puede quedar obsoleto en tanto que el número de probabilidades de atentados en Europa está creciendo más de lo previsto.

No se debería olvidar entonces aquellas advertencias de Keynes sobre los Animal Spirits de todos aquellos acontecimientos que influyen sobre el ánimo de los inversores aun cuando no sean manifiestamente visibles. El celebre economista Kennett Rogoff se ha referido recientemente al impacto que ha tenido el pesimismo en la toma de decisiones de inversión. De hecho, los mercados ya llevan esta advertencia implícitamente cuando se da el caso, por ejemplo, de subidas fuertes en las bolsas y al mismo tiempo y en paralelo, los inversores aprovechan para cubrirse contra los riesgos comprando masivamente deuda. Temiendo así que el infierno también pueda estar cerca, según indicaba el Wall Street Journal